El partido de Ferrán Torres contra el Cádiz es descomunal y sigo sin dar crédito. Y el motivo no es el rendimiento, sino la capacidad de despuntar desde el uno contra uno. Completó diez regates efectivos por trece intentados, números de Ousmane Dembélé en un gran día. El valenciano abrió la puerta de la titularidad del Barça desde el desborde.
Después de su trayectoria en el Barça, después de contemplar su carrera, donde, por ejemplo en el Manchester City actuó varias veces como nueve, de repente ves su partido contra el Cádiz y alucinas. No tengo dudas de que si este jugador hiciera todos los días, al menos, un 60% del partido contra el Cádiz, hablaríamos de un jugador de talla mundial.
Entiendo que esto puede ser simplemente un día, que de vez en cuando puede salir, y que, en otras ocasiones, apenas participa en el juego. Lo que si me interesa destacar es que, si Ferrán ha sido capaz de hacer esto es porque es capaz. Con esto, pongo en contexto que es un jugador que cuenta con el talento técnico y físico necesario para poder hacer partidos como estos.
La complicada continuidad
El jueves fue suplente en Manchester, y la vuelta de Dembélé está cerca. Al momento en el que Ousmane deje atrás la lesión y recupere el tono físico, no es descabellado pensar que Ferrán tendrá complicada la continuidad.
La única opción para el valenciano será adaptarse a la zona zurda, donde ya ha jugado pero ni de lejos se ha sentido tan cómodo como en la derecha.

En el caso de Ferrán nos olvidamos de que es un jugador con un rol indefinido. Desde que salió del Valencia, donde si que ocupaba la banda diestra, llegó al Manchester City y Guardiola comenzó a utilizarlo como nueve. Viene al Barça y empieza jugando en el costado derecho contra el Madrid, después en el izquierdo frente al Athletic, y esto ya se convierte en un permanente.
Ferrán Torres suma el desborde a su repertorio
Quizás Ferrán no reúna ese perfil de un futbolista ultratécnico o jugón. Sin embargo, si reúne características y condiciones de un jugador con gol; con inteligencia para el ataque de espacios.
También es rápido y entendido para saber cuándo tiene que estar pegado a la banda y cuando tiene que estar dentro. Todo esto, sumado a la habilidad para el desborde que reflejó ante el Cádiz, nos brinda a un jugador espectacular y que debería marcar una época en Barcelona.