Las lesiones de Frenkie de Jong y Pedri en San Mamés fueron, sin duda, una de las peores noticias para el Barça. Más que el frustrante empate, la baja de dos jugadores importantes hacen que el planteamiento de Xavi peligre y se vea limitado. Al menos, así fue ante el Athletic Club.
El centrocampista neerlandés sufrió un esguince en el ligamento lateral externo del tobillo derecho, según los comunicados médicos del club. Por su parte, al mediocentro español se le detectó una lesión en el recto femoral del muslo derecho. Bajas que se harán sentir para uno de los momentos más trascendentales de la temporada, con el Nápoles a la vuelta de la esquina.
Lo cierto es que las lesiones dolieron más que el resultado (0-0) ante el equipo vasco. Unas bajas que, definitivamente, limitaron el planteamiento de Xavi ante el equipo de Ernesto Valverde y que, además, volvieron a poner al técnico español en el ojo de la tormenta. La falta de confianza de Xavi Hernández sobre Marc Guiu y Vitor Roque volvieron a ser cuestionadas.
Las ventanas de cambio
Las lesiones de los centrocampistas ocurrieron en la primera mitad, obligando a Xavi a utilizar dos de las tres ventanas de cambio que se pueden emplear por partido. Frenkie de Jong se retiró del campo al minuto 26, entrando en su lugar Fermín López. Por otro lado, Pedri salió del terreno de juego entre lágrimas cuando el reloj marcaba el añadido de la primera mitad e ingresó Lamine Yamal para darle movilidad al juego azulgrana.
Dos ventanas que, ciertamente, se fueron antes de lo previsto. Así, Xavi quedó atado de manos: el técnico solamente podía parar el juego una vez más, y podían ingresar hasta tres jugadores. Una decisión que ataba al entrenador, pues tenía que ser preciso para gastar esa última "bala" de cara a lo que el equipo necesitaba.
Xavi hizo efectivo los cambios en el último cuarto de hora de partido ante las dificultades que mostraban los futbolistas para sacar adelante el encuentro. Movió ficha por una última vez, e ingresaron tres jugadores: Oriol Romeu, Íñigo Martínez y João Félix. La decisión del entrenador se basaba en esperar al momento preciso.
Las razones detrás de los cambios
Las decisiones de Xavi en lo que a cambios se refiere fue altamente cuestionada. El ingreso de Íñigo Martínez descolocó a gran parte de la afición culé, pues el equipo necesitaba aumentar las posibilidades de romper el cero en el marcador de San Mamés. Así también, el cambio de Oriol Romeu intrigó a la hinchada, teniendo a Vitor Roque y Marc Guiu en el banquillo.
Ambos ya han sido determinantes: Vitor Roque frente a Osasuna (1-0) y Marc Guiu frente al Athletic Club (1-0). Sin embargo, ninguno gozó de minutos en el feudo del cuadro vasco. Xavi apostó por otros perfiles, con un João Félix que era un cambio de manual.
El Diario Sport señala que el ingreso de Oriol Romeu está fundamentado en la situación física de Christensen. El defensa danés se vio claramente afectado por el cansancio cuando el partido ya estaba roto y se volvió un 'ida y vuelta'. De ahí la razón de Xavi para volver a recuperar el control sobre el mediocampo, teniendo en cuenta que Christensen estaba amonestado.
Por otra parte, el medio señala que la alternativa podría haber sido dar entrada a un atacante en lugar de Íñigo Martínez. Llegados a este punto, Lamine Yamal, Lewandowski y João Félix formarían el tridente ofensivo, con los extremos como los jugadores más frescos. No obstante, Xavi decidió confiar en el delantero polaco, que viene en un buen estado de forma, de cara a alguna oportunidad que se pudiera presentar en los últimos minutos.