En situaciones como las que vive el Barça, ahogado por el Fair Play Financiero y con dificultades obvias para fichar, muchos clubes hubiesen quebrado. Sin embargo, el Barça es diferente. Es un monstruo capaz de generar lo que nadie genera a nivel mundial.
Pero eso no es lo más importante. Lo más relevante en este caso, es que el FC Barcelona tiene algo que nadie tiene: La Masia. Un lugar que es capaz de sacarte talentos generaciones increíbles cada año sin parar y seguir sorprendiendo al mundo entero.
Unos jugadores que en momentos complicados, te permiten competir y sobre todo, soñar en el futuro. Este año ha vuelto a suceder. Si el año pasado eran Balde y Gavi los que emergían con fuerza, este son cuatro chicos todavía más jóvenes.
Lamine Yamal, licencia para soñar
El caso más paradigmático es el de Lamine Yamal. Un chico que es capaz de destrozar todos los récords de precocidad en el futbol y que juega como un veterano más. Debutó el año pasado ante el Betis con apenas 15 años y un año después, es el referente de la delantera.
Su nivel es inverosímil. Juega con una tranquilidad y sobriedad que asustan con la edad que tiene y su techo no es capaz de predecirlo nadie. Demuestra tener unas cualidades a la altura de los mejores y los que eligen soñar se lo imaginan liderando a un gran Barça en el futuro más cercano.
Por eso, el club sabe que debe retenerlo ante cualquiera. Su representante, Jorge Mendes, y Joan Laporta tienen una gran relación y eso debería relajar a la afición. Además, el jugador ya renovó los tres años permitidos para menores de edad y existe un pacto para alargarlo más allá.
Cubarsí, Héctor Fort y Marc Guiu, talento diferencial para el equipo
Sin embargo, esta temporada tampoco podemos olvidarnos de los debuts de Pau Cubarsí, Marc Guiu y Héctor Fort. Los dos últimos han demostrado tener nivel para el primer equipo y ya han dejado algunos encuentros para recordar como el de Fort en San Mamés ante Williams.
Pero Pau Cubarsí, al igual que Lamine, también demuestra ser diferente. Tiene un aura y talento distintos que le pueden permitir convertirse en algo grande en el futuro. De hecho, muchos periodistas y entrenadores acostumbrados a seguir el futbol base, así lo han afirmado.
Lo que está claro es que el Barça es un club afortunado. En un momento tan delicado como el que vive es capaz de sacar una generación que ilusiona al más escéptico. El futuro dirá, pero quién no se ilusiona es porque no quiere...