Ansu Fati ha llegado al límite, el joven delantero azulgrana ha trasladado a su entorno más cercano y al propio cuerpo técnico del Barça que no puede continuar otro año igual. La falta de oportunidades, la escasa continuidad y la sensación de haber quedado relegado a un segundo plano han terminado por minar la autoestima de un jugador que pintaba para crack.
La situación se ha vuelto insostenible para el jugador, que considera que ha hecho méritos suficientes para tener más protagonismo en un equipo que está peleando por títulos. El atacante hispano-bisauguineano entiende que este tramo final de temporada es clave tanto para el club como para él. Con el Barça aún vivo en la lucha por LaLiga y la Champions League, Fati quiere aportar, sentirse útil, y sobre todo, recuperar sensaciones en un contexto competitivo de alto nivel.

Su objetivo no es otro que ayudar al equipo a levantar trofeos, pero también reencontrarse con la mejor versión de sí mismo. Una que las lesiones y las decisiones técnicas han ido apagando poco a poco desde su irrupción fulgurante en 2019. La falta de minutos se ha convertido en una losa psicológica para el delantero, que atraviesa una sequía goleadora alarmante: lleva más de un año sin marcar, ni siquiera este año.
Ansu no marca desde hace un año
Un dato demoledor que contrasta con la confianza que el club sigue depositando en él a nivel institucional. Desde el entorno del jugador se empieza a percibir que la fe no se traduce en oportunidades reales sobre el terreno de juego, lo cual podría derivar en una salida. El técnico del FC Barcelona, Hansi Flick, ha elogiado recientemente la actitud y el comportamiento de Ansu Fati en los entrenamientos.
El alemán valora positivamente su compromiso y esfuerzo, destacando que es un futbolista que puede ser clave en los momentos decisivos que se avecinan. Sin embargo, esas palabras todavía no se han visto acompañadas de una apuesta decidida en forma de titularidades o apariciones frecuentes, lo que genera cierto escepticismo en el entorno del jugador. Flick es consciente del potencial que alberga Fati, pero también maneja una plantilla con múltiples opciones ofensivas.
Ferran y Olmo le ganan el puesto
La irrupción de Lamine Yamal, el crecimiento de Ferran Torres y el peso de jugadores como Raphinha o Dani Olmo dificultan la presencia del joven extremo en los planes del alemán. No obstante, si algo ha demostrado Fati en el pasado es que necesita ritmo, confianza y regularidad para rendir a su mejor nivel, y sin minutos, ese escenario parece lejano.
Desde el club culé confían en que la situación pueda reconducirse en las próximas semanas, sobre todo si el Barça mantiene viva la pelea en las competiciones clave. En ese caso, se necesitará rotar y mantener frescos a los jugadores más utilizados, lo que podría abrirle una puerta a Fati para demostrar que sigue siendo un talento diferencial.
El mercado estival se presenta como un escenario clave para definir su futuro, si Flick no le garantiza un papel relevante en la próxima temporada, Ansu podría aceptar una cesión. E incluso estudiar una venta si el club considera que es la mejor solución para todas las partes. No faltan equipos interesados en un jugador que, pese a no estar en su mejor momento, sigue teniendo un gran cartel en Europa.