Osasuna se impuso con claridad a un Barça que no se conectó desde el principio con el partido. Acabó la primera mitad con un 2-0 en contra que complicó mucho una hipotética remontada. Muchas rotaciones con muchos jóvenes que no han dado el nivel suficiente para competir contra uno de los mejores equipos de la Liga y en uno de los estadios más complicados.
Un Osasuna perfecto
El partido comenzaba con un Osasuna presionando desde el primer minuto, sin dejar que el Barça pudiese combinar de manera eficiente. Los culés no conseguían enlazar varios pases, lo que provocaba que perdieran balones en la construcción con la posterior contra de los navarros. Pedri no conseguía conectar ni Pablo Torre ni con Lewandowski y en defensa, Sergi Domínguez se le veía algo más nervioso que de costumbre.
Iba a ser Bryan Zaragoza quien, con un gran centro, asistía a Budimir para que el delantero croata hiciese el 1-0 tras imponerse a Cubarsí. El extremo español, que ya había sido un problema la temporada pasada, marcaría el 2-0 tras regatear a Iñaki Peña con una pisada preciosa. Este segundo gol no está exento de polémica, pues en el inicio de la jugada Pau Víctor recibe un pisotón de Pablo Ibáñez previo al último pase.
Los azulgranas se enfrentaban a una situación a la que no se habían tenido este año. El hecho de Flick introdujese tantas rotaciones pudo afectar a un equipo que se vio superado en todas las facetas.
Fin a la racha de victorias
La segunda mitad arrancó de una manera muy distinta, con un Barça en campo contrario y con posesiones más largas. Lewandowski tuvo el primero, pero Sergio Herrera sacaba una buena mano para evitar el octavo gol del polaco. Sin embargo, el fútbol es así y tras esa gran intervención fallaba en salida de balón provocando el gol de Pau Víctor.
Cuando mejor estaba el Barça, una contra lanzada por Bryan acabaría en un penalti de Sergi Domínguez. Ante Budimir no iba a perdonar y, aunque Iñaki acertó el lado, no pudo evitar el 3-1. Flick introdujo cambios, aquellos que habían rotado, pero ese gol de Osasuna líquido la posibilidad de remontar el partido.
Un final de partido con emoción
Los rojillos iban a terminar de cerrar del partido gracias a un golazo de Abel Bretones tras un fallido despeje de los visitantes. Lamine Yamal no iba a faltar a su cita con el gol, un zurdazo que pone la pelota en la escuadra imposible para el portero. Los azulgranas intentaron acortar las distancias, con un posible penalti a Lamine y un remate de cabeza de Ferran que golpea en el palo.
Así iba a terminar el encuentro, una victoria de Osasuna por 4-2 que corta la racha de victorias consecutivas de los culés. Primer pinchazo ante un rival que siempre les pone las cosas difíciles. Veremos si al final de la jornada se reduce esa distancia de cuatro puntos o si se mantiene tras ese derbi madrileño.