La fortaleza que caracterizó al equipo de Xavi el año pasado, ha experimentado un marcado debilitamiento. Esta solidez era fundamental para el éxito colectivo del equipo, convirtiéndolo prácticamente en invulnerable.
En la temporada 22-23, el equipo azulgrana tan solo recibió 20 goles en 38 partidos. En cambio, en la actual temporada ya ha encajado 22 en tan solo 19 partidos de La Liga. Hasta el momento, el Barcelona ha mantenido su portería imbatida en siete ocasiones, mientras el año pasado, a estas alturas ya llevaba 15 partidos sin encajar.
Ahora mismo Xavi enfrenta la necesidad de reforzar la defensa. Ya sea reafirmando una línea de cuatro defensores, como hizo anteriormente, o explorando opciones que impidan que el equipo quede expuesto en determinadas situaciones.
El problema defensivo
Los errores en la defensa del Barcelona han persistido de manera constante en esta temporada, sobre todo si lo comparas con la solidez demostrada durante el curso anterior.
La solidez defensiva del año pasado desempeñó un papel crucial en la conquista de la Liga y la Supercopa. Y es que la defensa más utilizada de la pasada temporada fue Koundé, Araujo, Christensen y Balde, mientras que este año solo ha jugado una vez.
Fue en el debut en Liga en el Coliseum, contra el Getafe.
Tema laterales
Durante esta temporada, la defensa del Barça, que previamente los sostuvo en momentos de bajo rendimiento, enfrenta dificultades para adaptarse al “nuevo” enfoque propuesto por Xavi.
El problema está principalmente cuando se enfrenta a un esquema específico que varios equipos emplean contra los azulgrana: el 5-3-2. Con esta disposición táctica, el adversario ve una ventaja, ya que iguala dos delanteros con dos centrales.
Eso permite aprovechar cada pérdida de balón por parte de los culés. De momento, a pesar de utilizar diferentes jugadores en distintas ocasiones, no se ha encontrado una respuesta efectiva para contrarrestar esta táctica.
Cancelo y Balde destacan como grandes atacantes, mostrando intuición y agresividad a la hora de ocupar un espacio. Esto les permite tener mucho protagonismo en el juego ofensivo del Barça, creando una superioridad numérica arriba.
Sin embargo, su principal desafío radica en la defensa de espacios donde no se encuentran presentes, lo cual está emergiendo como el problema principal para el Barcelona. Que le cuesta mucho realizar bien las transiciones defensivas, ya que muchas veces la defensa queda desguarnecida.