El estadio de Barbastro estuvo totalmente lleno para acoger al Barça en el duelo copero. Pero la persona más destacada entre los espectadores fue sin ninguna duda Josep María Bartomeu.
Se pudo ver el expresidente de pie y sonriente en la grada del conjunto aragonés. Hasta ahora, nunca se había visto a Bartomeu en un estadio para seguir al equipo desde que dimitiera de su cargo en 2020.
Curiosamente, Joan Laporta no estuvo presente en el campo. Desde hace varios encuentros está ausente por motivos personales. Lo reemplaza como máximo responsable institucional Rafa Yuste, vicepresidente deportivo y hombre de confianza.
El paso de Bartomeu por el Barça
Josep Maria Bartomeu llegó a la presidencia del Barça en 2014. Lo hizo como interino tras la renuncia del hasta ahora Presidente Sandro Rosell. En 2015, aprovechó el triplete de la MSN y Luis Enrique para adelantar las elecciones.
Esta vez fue elegido por los votos de los socios e inició su mandato. En 2020 tuvo que dimitir. En este sentido, hubo muchos factores a tener en cuenta.
Se venía de un año en blanco con Koeman a la cabeza del equipo. Había una guerra abierta con Leo Messi, con el famoso burofax el verano anterior. Sin olvidar la delicadísima situación económica.
Pero la gota que colmó definitivamente el vaso fue la amenaza de una moción de censura que podía echar a Bartomeu y su junta directiva. Así pues, se necesitaban un mínimo de 16.520 firmas para poder llevar a las urnas a los socios. Para que pudieran votar la continuidad de Bartomeu.
El malestar en la masa social era tal, que hasta en plena pandemia y con el Camp Nou cerrado, se recogieron más de 20 mil. Allí se dio por vencido Bartomeu.
Bartomeu y su desastrosa gestión económica
Bartomeu dejó una herencia económica nefasta, se mire por donde se mire. Sin hablar de todos los casos extradeportivos. Tras su salida, el club estaba en una situación de quiebra técnica, sin poder hacer frente a los pagos.
El expresidente y su junta directiva hicieron operaciones desorbitadas, como los traspasos de Coutinho, Dembélé o Griezmann. Y multiplicó los contratos ascendentes para ir salvando situaciones y empezar una huida hacia delante.