El Barça ya está en octavos de final de Copa del Rey. Y aunque un partido ante un equipo de Segunda RFEF pueda parecer un simple trámite, no todo fue tan sencillo.
De hecho, Xavi Hernández no se tomó ese partido a la ligera. Así lo demostró sacando un once muy potente, con pocas rotaciones. Iñaki peña en la portería, una defensa formada por Koundé, Araujo, Christensen y el joven Fort.
Centro del campo para Romeu, Fermín y De Jong. Y delantera para Raphinha, Ferran y Joao Félix. El técnico quería evitar una sorpresa.
Un Barça muy serio al inicio
El Barça salió enchufado al encuentro. Tuvo unos primeros 45 minutos de dominio absoluto en el campo del Barbastro. Muy atentos en defensa, sin conceder nada, con un centro del campo fluido que dictaba el tempo del encuentro.
Aun así, el Barça volvió a pecar de una preocupante falta de contundencia. Se repetían las aproximaciones a la portería rival. Primero, con Ferrán probando a un muy buen Arnau Fàbrega, portero rival.
Minutos más tarde, Joao Félix remató centrado y prácticamente en el área pequeña. Tampoco entró. Finalmente, en el minuto 18, el Barça consiguió abrir la lata.
Tras una buena recuperación de Araujo, el balón cayó en los pies de un De Jong que envió en largo para Raphinha. El extremo brasileño decidió centrar raso y fuerte con su pierna derecha. Con un poco de fortuna, tras un ligero toque de un defensa, llegó Fermín con todo para rematar a placer y hacer el primero.
Recompensa para un Barça muy centrado en el partido. El equipo de Xavi pensó ampliar su ventaja a través de Joao Félix poco antes del descanso. Pero, el árbitro indicó erróneamente fuera de juego.
Después de la media parte, el conjunto culé siguió a su ritmo y en pocos minutos puso el dos a cero. Un gran pase de Héctor Fort al segundo palo para Raphinha, que remató a bocajarro. Gol y asistencia para el carioca.
La siesta tras el 2-0
Cuando todo parecía finiquitado, el equipo se durmió incomprensiblemente. Y este Barça hace poco con mucho. O sus rivales hacen mucho con poco.
En el minuto 60 De Mesa recortó distancias tras rematar a la salida de un córner.
Poco tardó Xavi en realizar cambios. Vitor Roque, más tarde Lewandowski y Gündogan. Sin olvidar a Iñigo Martínez, lesionado a los 10 minutos de su entrada, sustituido por el capitán Roberto.
Pero el partido siguió descontrolado. Con más ganas que peligro real por parte del Barbastro. Y cuando por fin parecía que Lewandowski sentenciaba el encuentro desde los once metros en el 88, llegó otro penalti para el rival.
Este Barça no sabe cerrar partidos. Y sigue con la racha de no ser capaz de ganar por más de un gol de diferencia desde septiembre.