El club azulgrana ya está manos a la obra con la planificación de la próxima temporada. A pesar de la situación económica en la que se encuentra inmersa el club, parece ser que la directiva sigue trabajando para incorporar algún que otro jugador.
En este contexto, los catalanes se han fijado en el extremo georgiano del Nápoles Kvaratskhelia. Tras hacer una gran campaña el año pasado, el Barça considera que podría adaptarse perfectamente al esquema azulgrana. Su situación en el Nápoles no termina de ser la deseada, es por eso que no vería con malos ojos recalar en Barcelona.
Dada la situación económica del club, ahora mismo el fichaje es una utopía. Para poder cerrar alguna incorporación, el cuadro culé primero tiene que vender. La directiva sabe que si no sale algún peso pesado del equipo, no podrán inscribir a ningún jugador, y menos a uno de la talla de Kvaratskhelia.
Su precio, un problema
El principal problema de la operación es el elevado precio de salida que tiene el extremo. El Nápoles lo ha tasado en 90 millones, una cantidad considerada, sobre todo, sabiendo de la situación del Barça. Aun así, en la cúpula directiva creen que si se lleva a cabo una gran venta, tendrán posibilidades de hacerse con los servicios del georgiano.
En Barcelona ya están trabajando en el fichaje, de hecho ya ha habido los primeros contactos con el agente del jugador. Ambas partes saben que será difícil sacar el joven de Nápoles, donde no piensan poner las cosas fáciles para que el extremo de 23 años aterrice en la Ciudad Condal.
Apuesta arriesgada
Viendo el precio de salida que tiene el extremo y su rendimiento esta temporada, está claro que es una operación arriesgada. El extremo está siendo muy irregular y no está mostrando el nivel esperado. Teniendo a Ansu Fati en la recámara, quizás apostar por el georgiano no es la mejor opción.
Este año ha jugado 31 partidos, marcando 6 goles y repartiendo 4 asistencias, cifras que reflejan la mala temporada que está haciendo el cuadro italiano. El año pasado, Kvaratskhelia terminó con 14 goles y 14 asistencias, números que lo convirtieron en uno de los jugadores más cotizados del panorama europeo.
A favor del jugador está la gran adaptabilidad que pueda tener en el 4-3-3 del Barça. Un extremo que abre mucho el terreno de juego y da mucha profundidad, cosa que muchas veces le falta a João Félix, que prácticamente siempre viene a recibir en corto.