El empate ante el Athletic Club en San Mamés dejó muchos aspectos negativos para el FC Barcelona. Las lesiones de Pedri y Frenkie de Jong, la oportunidad perdida de recortar distancias en la tabla de La Liga y la vuelta de una dinámica negativa son algunos de ellos. De hecho, es difícil sacar una conclusión positiva del último drama culé.
Todo ello se resume en las acciones de Xavi Hernández. Al entrenador se le notó el fastidio y la frustración en la línea de banda durante todo el encuentro. Y es que el equipo no supo aprovechar una ocasión de oro para dar un golpe sobre la mesa y asegurar una dinámica que ilusionaba a la hinchada.
Enfado en público
Las cámaras de Movistar detectaron el enojo de Xavi. No es para menos, pues el Barça no buscaba portería rival en distintos pasajes del partido. De hecho, el equipo azulgrana cerró el segundo tiempo con tres disparos, y todos ellos sin dirigirse al arco de Unai Simón.
Cierto es que el Athletic Club defendió bastante bien y cerró espacios, así como que el Barça perdió a dos piezas claves como Frenkie De Jong y Pedri. Sin embargo, le faltó mucha intensidad e identidad al cuadro culé. Deja la sensación de que este, para el FC Barcelona, era un partido sin ninguna trascendencia.
En los últimos minutos, y en lugar de buscar una victoria agónica, el equipo azulgrana empezó a tocar el esférico en el mediocampo. Algo que enfadó aún más al técnico del primer equipo. Por los gestos, el entrenador pedía a gritos que metan el balón al área para conectar con algún delantero o conseguir alguna ocasión.
Esto no, evidentemente, no ocurrió. En su lugar, aparecieron las caras largas y una sensación de frustración inevitable.
¿Falta de ambición?
El siguiente punto de discusión se llevó en las declaraciones post-partido. Tanto ter Stegen como Xavi fueron consultados por la ambición del equipo, y ambos respondieron de maneras similares. Lo cierto es que ambos se mostraron críticos.
El portero y capitán azulgrana aseveró que "lo que no le falta a este vestuario es ambición". Cabe resaltar que el alemán se mostró incómodo con la pregunta. "Bueno, me cuesta no contestar mal en este caso (...) No me gusta que se hable de este tema, para nada", afirmó ter Stegen.
Por su parte, el entrenador del Barça lamentó la oportunidad perdida. "El vestuario está afectado cuando no gana, y sabiendo que era una oportunidad muy buena hoy", mencionó el técnico. Cuando fue consultado por la ambición, respondió que quizá esa no es la palabra, sino "creer más en lo que hacemos".