El inicio de temporada en el FC Barcelona ha traído consigo varias sorpresas, y una de las más llamativas es la suplencia de Jules Koundé. El francés venía de una campaña en la que fue pieza indispensable: disputó más minutos que ningún otro jugador de la plantilla y se consolidó como uno de los líderes defensivos. Su rendimiento en la última temporada lo colocó de nuevo entre los mejores zagueros del mundo y lo hizo ganarse la confianza de Hansi Flick.
Ese nivel lo situó en la agenda de grandes clubes europeos. Liverpool, Manchester City, Chelsea, Bayern Múnich, Arsenal y PSG mostraron interés en hacerse con sus servicios, con ofertas que superaban los 65 millones de euros. Sin embargo, ni el Barça ni el propio jugador se plantearon un traspaso.
La decisión fue clara: apostar por su continuidad y cerrar una renovación hasta 2030, convirtiéndolo en una pieza estratégica del proyecto a largo plazo.
El inesperado giro en el rol de Koundé
Pese a todo lo anterior, el presente muestra un escenario muy distinto. Koundé arrancó la temporada desde el banquillo, primero en el Gamper y después en la jornada inaugural de La Liga. Flick ha optado por dar protagonismo a Eric García, que ha sabido aprovechar su oportunidad y ha respondido con actuaciones sólidas.
Este cambio no responde a cuestiones de rendimiento, sino a una decisión disciplinaria del entrenador.
El técnico ha enviado un mensaje claro dentro del vestuario: el nivel competitivo es importante, pero también lo es la actitud y el compromiso diario. Koundé, a pesar de ser uno de los líderes del grupo y un jugador con galones, ha perdido peso en las alineaciones iniciales. Algo que ha sorprendido tanto a los aficionados como a la prensa, acostumbrados a verlo como un fijo en el once.
Relación en tensión
La clave del desencuentro reside en algunos comportamientos que no han sido bien valorados por Flick. Según ha trascendido, el central francés ha incurrido en impuntualidades y descuidos que el técnico considera incompatibles con el nivel de exigencia que quiere implantar en el equipo. Por eso, no ha dudado en tomar medidas inmediatas, relegándolo al banquillo aunque sea uno de los jugadores con más experiencia y peso en el vestuario del club.
La relación entre Flick y Koundé atraviesa así su momento más delicado desde que coincidieron en el Barça. El defensa tendrá que redoblar esfuerzos para recuperar la confianza perdida y volver a ser indiscutible. De lo contrario, corre el riesgo de ver cómo Eric García se consolida en su puesto, una situación impensada meses atrás.