Juan Martínez Munuera, árbitro principal de la final de la Supercopa de España, y César Soto Grado, responsable del VAR, hicieron una rueda de prensa en el día de ayer.
Durante el transcurso abordaron su participación en el Clásico. Además, se sumergieron en la maraña de controversias que rodean los pagos del FC Barcelona a José María Enríquez Negreira, durante el periodo comprendido entre 2001 y 2018. Negreira fue el exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) durante esos años.
La frustración de los árbitros
Soto Grado, visiblemente frustrado, no dudó en expresar su indignación ante las continuas acusaciones: "Me hierve la sangre. Estoy cansado del caso Negreira. Por el hecho de que en una empresa haya una persona corrupta, no todos los demás son corruptos. Negreira es un personaje que se aprovechó de su posición, la persona que más daño le ha hecho al arbitraje en toda su historia. Los demás no somos corruptos".
Martínez Munuera, a pesar de compartir su fatiga por el caso, destacó su confianza en la legalidad de sus acciones. "Para mí, que salga mañana la sentencia, y al día siguiente os respondo a todo lo que queráis. Yo no he hecho nada ilegal en mi vida", afirmó.
Negreira no tomaba ninguna decisión
Además, quiso hacer hincapié en la limitada influencia que, según él, ejerció Negreira dentro del estamento arbitral.
"A mí no me consta que tuviera influencia en los árbitros. En once años que llevo en Primera, creo que he hablado con él tres veces en conversaciones de treinta segundos. El peso del Comité y el día a día los llevaba Sánchez Arminio, y la mayoría de las decisiones importantes, por no decir todas, eran de él", afirmó Martínez Munuera.
Los videos del Real Madrid TV en el centro
El árbitro del VAR, Soto Grado, también aprovechó la oportunidad para abordar los videos del Real Madrid que critican los errores arbitrales. Afirmó que estos "no ayudan, porque al final fomentan el odio hacia el árbitro", aunque aseguró que no cumplen su objetivo de desestabilizar al estamento arbitral. "Somos un colectivo fuerte con bastante personalidad", afirmó.
Ambos árbitros compartieron sus experiencias de sentirse acosados en su vida diaria, incluso en el supermercado, donde alegan recibir insultos y ser tildados de corruptos. "Queremos que el juzgado tome decisiones de una vez y que tenga que pagar quien tiene que pagar. Al resto del CTA no pueden tomarnos como si fuéramos corruptos", enfatizó Martínez Munuera.
Ambos esperan con ansias una resolución legal para poner fin a la constante cuestionamiento de su honestidad y restaurar la integridad del colectivo arbitral. Consideran este como uno de los momentos más difíciles en sus carreras.