La ilusión que muchos culés habían depositado en el fichaje de Nico Williams se desvaneció esta semana con el anuncio oficial de su renovación con el Athletic Club. El club catalán, que llevaba tiempo siguiéndolo de cerca, consideraba a Nico como una pieza clave para reforzar su banda izquierda.
Por eso, esta decisión ha supuesto un jarro de agua fría para muchos aficionados que veían en Nico una opción de presente y futuro. Su perfil encajaba perfectamente con la filosofía del Barça y con las necesidades tácticas del entrenador. Sin embargo, el jugador ha optado por seguir desarrollándose en el entorno que le vio crecer, priorizando estabilidad y proyecto a largo plazo del Athletic.
El Barça ya se lo olía
Pese al revuelo generado, desde las oficinas del Barça aseguran que la decisión de Nico no les pilló totalmente por sorpresa. Según informa Mundo Deportivo, el interés por el jugador ya se había enfriado días atrás. Aunque en un principio su fichaje era prioritario, las negociaciones y los requisitos planteados por el entorno del futbolista empezaron a generar dudas.
Las garantías que pedía Nico
Uno de los puntos que más tensó las conversaciones fue la exigencia de garantías por parte de Nico en caso de no poder ser inscrito. El futbolista, consciente de la situación financiera del club y de los problemas recientes con el fair play, pidió una cláusula de salida automática.
Esta condición no sentó nada bien en la directiva blaugrana. Desde el club consideran que aceptar una petición de este tipo supondría un precedente negativo. Además, demostraría una falta de compromiso con el proyecto desde el inicio.
Otro motivo del distanciamiento
Otro de los motivos que enfrió el fichaje fue la falta de garantías deportivas para Nico. Según ha revelado El Nacional, el Barça no estaba dispuesto a asegurarle la titularidad en el extremo izquierdo. En esa posición juega actualmente Raphinha, un futbolista que cuenta con la total confianza de Hansi Flick.
En este sentido, Nico Williams habría exigido un rol protagonista que no podía ser garantizado por el club, al menos de entrada. Con Raphinha como titular, el Barça no podía comprometerse a darle la importancia inmediata que el entorno de Nico exigía. Esto, sumado al resto de factores, terminó por romper cualquier posibilidad de acuerdo entre las partes.