El Barça necesitaba volver a la senda de la victoria tras la dura derrota en la Supercopa. Y lo debía hacer en un campo difícil ante el Unionistas de Salamanca. Un equipo de Primera Federación que se dejó la vida en el verde.
Un Barça con pocas ideas al inicio
Empezó el partido como varias veces esta temporada. Con una ocasión clara para el rival. No había llegado aún el minuto de juego cuando, tras un buen pase cruzado en profundidad, se quedaba solo Losada ante Iñaki Peña.
Pero, chutó un poco desviado, directamente fuera. A partir de aquí, ejercicio de resistencia del conjunto local, que no mostraba signos de fisura. El Barça tenía balón, pero no generaba nada de peligro.
Un equipo sin ideas. Ante esta situación, centros laterales para probar suerte con Marc Guiu. Aun así, tampoco eran precisos estos envíos.
En uno de los pocos centros interesantes, Guiu cazó la pelota y obligó al portero rival a hacer una gran parada mostrando sus reflejos. Tras media hora sin que Unionistas asomara la cabeza, llegó el gol. Transición que acabó en un centro muy alto desde la izquierda, mal defendido por Balde, que dejó rematar solo a Álvaro Gómez.
Otra vez a remar el Barça. Por suerte, en el último minuto del primer tiempo, se animó demasiado el equipo local subiendo a rematar un córner. Tras el rechace, controló Joao Félix, que lanzó en carrera a Ferran Torres, totalmente solo para definir cruzado en el mano a mano.
La mejoría del Barça
Con el empate en el marcador, el equipo de Xavi entró mejor a la segunda parte. Moviendo con mejor ritmo el balón y sin apenas conceder. Sin embargo, hubo que esperar dos latigazos de puro talento para desequilibrar la balanza.
Llegado al ecuador del segundo tiempo, Xavi decidió poner toda la carne en el asador, con la entrada de Lewandowski, Pedri y Gündogan. Mejoró el equipo y llegaron los destellos.
Primero, con un grandísimo disparo fuerte, seco y colocado desde lejos de Jules Koundé en el minuto 69. Apenas cuatro más tarde, Balde pondría tierra de por medio con un "golazo" descomunal. El joven canterano recibió presionado de espaldas en el centro del campo.
Pero, esta vez, decidió romper por dentro. Dejando atrás al primer rival, Balde encendió la moto y fue imparable hasta la portería rival. En un ángulo cerrado, definió con mucha potencia para enviar el esférico directamente contra la parte baja del larguero y al fondo de la red.
Aunque ya se notó que el encuentro estaba sentenciado, Unionistas lo intentó una última vez en los últimos minutos, obligando a una doble parada de mucho mérito de Iñaki Peña.
El Barça ya está en cuartos y puede pensar en su difícil duelo liguero ante el Betis del domingo.