Este domingo el Barça disputará una nueva a final de Supercopa de España, la tercera consecutiva y la tercera ante el Real Madrid. El año pasado los 'merengues' ya se la jugaron a un Barça herido que sufrió una goleada dura por 4-1 y que socavó el final de la era Xavi como técnico. No todo han sido malas noticias en esta competición, ya que en 2023 y en pleno inicio del gran proyecto de Laporta, el Barça ganó con contundencia a un gran Madrid.
La final del 2023 un punto de inflexión.
Esa final de 2023 supuso para el Barça el inicio de una gran racha en liga que le permitió alzarse con el título de liga con gran solvencia. Recordemos que los azulgranas antes de esa final no pasaban por su mejor momento de forma deportivamente hablando y ya había dudas alrededor de Xavi y los jugadores del Barça. Ganaron esa final goleando al Real Madrid, se ganaron la confianza de los aficionados azulgranas y pudieron realizar una campaña para el recuerdo llevándose la Liga Española.
Una nueva ilusión.
Algo parecido pasa este año con una nueva final entre Barça y Madrid en la Supercopa de España. El conjunto de Hansi Flick llega nuevamente con dudas tras una mala racha en los meses de noviembre y diciembre, algo que no ha pasado desapercibido entre los aficionados azulgranas. Con una tormenta institucional de por medio, los males menores pasan a ser mayores, y las derrotas ante Leganés y Atlético de Madrid en liga han incendiado a los aficionados.
Una victoria ante el Real Madrid, que supondría un nuevo título para las vitrinas, es la ilusión a la que se aferran todos los defensores del escudo azulgrana. No solo significaría la calma después de la tormenta, sino que también significaría un punto de inflexión para los jugadores ante la visible falta de confianza estos últimos meses. Flick en la rueda de prensa previa también ha insistido en la importancia de ganar un título como este, y más ante el Real Madrid.
Con los refuerzos de Dani Olmo y Pau Víctor el Barça de Flick puede jugar dos cartas más en la partida, algo que puede jugar a nuestro favor.
Aunque en el fútbol todas las posibilidades están contempladas, y la derrota es una posibilidad alta en esta clase de partidos. Algo que supondría un buen mazazo en el vestuario culé. Un mazazo fuerte, pero que no tiene por qué ser definitivo.