El Barça recibió anoche al Maccabi en un duelo clave para la participación en los playoffs y la lucha por el factor campo. Y también para superar el mal sabor de boca que dejaron las trágicas derrotas ante Panathinaikos (89-81) y Fenerbache (88-74).
Por las que perdieron la segunda posición. Pero sí reaccionaron ante el Bayern (79-87), protagonizando una primera parte excelente con Jabari como máximo anotador (15 pts.). El equipo fue capaz de defender su casa en la última prueba de fuego como locales y la penúltima jornada de la fase regular.
En un encuentro complicado, pues el Maccabi venía de firmar 6 victorias europeas seguidas y 17 en total. Uno de los equipos más calientes de Europa. Y con Baldwin entre sus filas, el MVP del mes de marzo de la competición.
Los culers visitarán al Asvel el viernes para dar por terminada la fase regular. Una última final para conseguir el factor campo.
Un Palau en silencio recibe al Maccabi
El último jueves de Euroliga en el Palau empezaba en un ambiente silencioso. Un minuto de silencio organizado por los Dracs, vestidos de negro, al que se unían todos los grupos de animación locales.
Cuando este terminaba, Da Silva abría el marcador para el Barça. Unos primeros compases muy físicos de ambos equipos pero a su vez erráticos. No para el alemán, que con 6 puntos, cargaba con la anotación del equipo (15-8).
Willy también castigaba con su juego interior. Pero no fue suficiente y terminó el primer asalto con un resultado entablado. El Maccabi aceleró en los últimos minutos de este para evaporar la distancia que los separaban de los culers (19-19).
El Barça baja el ritmo, pero Abrines lidera
El segundo cuarto empezaba con unos minutos muy productivos del Maccabi. Y con un Barça que bajó un nivel a su juego. El conjunto macabeo se adelantaba en el marcador (23-28), y los culers parecían no poder volver a tomar el mando del partido.
También se avanzaban en cada rebote, a lo que Grimau pedía tiempo muerto. Se acercaba el ecuador del cuarto y los locales recortaban distancias con los tiros libres (34-37), de Vesely y Laprovittola. Da Silva estaba firmando una actuación excelente, anotando 10 puntos en 12 minutos.
El Barça lograba ir al descanso por delante en el marcador, con el alemán y el capitán, Álex Abrines (11 pts.), como máximos anotadores. Tenían que subir la intensidad de la defensa, pues estaban cara a cara con uno de los equipos más físicos de Europa (44-43).
Distancias en el marcador
La igualdad reinaba en el regreso de los vestuarios. Cada canasta en un aro era respondida por otra en el contrario (47-47). Se seguía potenciando la conexión checa entre Satoransky y Vesely, haciendo disfrutar al Palau con los mates del pívot.
Además, este era crucial en el rebote defensivo. Empezaba a caldearse el ambiente tras los aficionados del Maccabi empezar a provocar al público ondeando banderas de Israel. Pero tres triples sensacionales de Jabari desviaban la atención de la afición, que se levantaba coreando su nombre.
Lograban así los locales un parcial de 11-2 y un poco de tranquilidad. Pese a intentos de los visitantes de acercarse, el Barça defendía su campo desde la línea de tres (70-63).
Victoria de infarto en el Palau
Poco duraba esta sensación de calma. A penas empezaba el último asalto y el decisivo, el Maccabi se arrimaba al Barça (70-67). El capitán azulgrana volvía a tomar el papel de salvador de su equipo, con otro triple.
Pero DiBartolomeo no había dicho su última palabra. Adelantaba a los suyos con una gran actuación exterior (75-76). El acierto de esta aumentaba y el triple se convertía en la pesadilla del Barça (82-85).
Y volvía Abrines a la escena. Un triple con el que el público empezaba a quedarse sin voz. 9 puntos seguidos de los locales sin respuesta israelí (89-85).
Y con un quinteto del Barça reboteador en pista para asegurar las máximas posesiones. Baldwin volvía a empatar el partido a falta de medio minuto. Poco más de una posesión y la probabilidad de una prórroga (89-89).
Pero Laprovittola tenía la sangre fría. Tomaba el último balón y se la jugaba desde el triple. Un tiro que acababa de acercar al equipo hacia el factor campo.
Con Abrines y Vesely como máximos anotadores (17 pts.). Grimau levantaba el puño tras una victoria decisiva que sentenciaba el pase a los playoffs (92-89).