Los culers llegaban al Palau con poco descanso para culminar la semana de la mejor manera posible. Sin embargo, protagonizaron un mal encuentro con muchas pérdidas ofensivas y defensivas y un mal porcentaje en tiros libres (57%).
Si este hubiera sido mayor, se podría haber evitado una prórroga que finalmente sí decantó la victoria hacia los azulgrana. Joel Parra se encargó de tomar un rebote y sentenciar el encuentro sobre la bocina. Y los de Moncho Fernández tampoco pararon de luchar hasta el último suspiro.
Con la baja de Vesely por descanso, Kalinic se encargó de liderar al equipo ayudado también por los 23 puntos de Willy. El equipo de Roger Grimau termina la primera vuelta tercero (11-6) y será cabeza de serie en el sorteo de la Copa del Rey. Los otros equipos que disputarán el trofeo serán el Real Madrid, Unicaja, Gran Canaria, UCAM Murcia, Valencia Basket, Lenovo Tenerife y Baxi Manresa.
El Barça busca cerrar la semana con tres victorias consecutivas
El encuentro empezaba con un ritmo de anotación bajo y unos primeros minutos caóticos. Willy abría el marcador culer y se encargaba de avanzarlo.
El equipo salía con tranquilidad pero también con ganas de la tercera victoria del año, las dos anteriores europeas. Unas ganas que se evaporaban rápidamente.
A pocos minutos de terminar el primer asalto, un triple de Scrubb entablaba el resultado. Grimau paraba el partido y una canasta de Willy sobre la bocina daba por terminados los primeros diez minutos (18-16).
Kovliar complicaba las cosas al Barça y remontaba el encuentro en los primeros instantes del segundo asalto (18-20). Los locales seguían desaprovechando ocasiones y protagonizando ataques con poca circulación de balón. Grimau se enfadaba tras un regalo más que daba Jabari al Obradoiro, fallando un saque de fondo (28-31).
Los de Moncho Fernández estaban cómodos en pista y encontraban la manera de avanzar. Aprovechaban los tiros libres pues el Barça estaba en bonus. Los culers tenían la oportunidad de hacer lo mismo, pero el porcentaje de acierto en estos era de menos de la mitad (6/13).
Jabari fallaba un último triple en un intento de maquillar el resultado de la primera parte (34-39).
Los culers vuelven del descanso con la misma poca intensidad
Pese al cuarto empezar con un triple de Laprovittola, no era suficiente para conectar a los culers, cuyos ataques continuaban siendo forzados (37-45). Cada vez era más notable la ausencia de Vesely. Sin embargo, Willy tomaba su papel de anotador (18 pts.) y acercaba al equipo a la ansiada remontada.
La lograba Kalinic y poco duraba. Dos triples consecutivos del Obradoiro los volvían a alejar. El Barça no levantaba cabeza y se enfrentaba en los últimos diez minutos a un marcador desfavorable (58-67).
Otro final de infarto en el Palau
El Barça tenía cada vez menos tiempo para conseguir la victoria. Grimau volvía a parar el encuentro tras los despistes en ataque y la pasividad en defensa. Nadie estaba acertado y el Obradoiro lograba una distancia de 13 puntos.
Muy perjudicial para un Barça que no estaba valorando la importancia del partido para poder ser cabeza de serie en la Copa del Rey.
El público intentaba levantar los ánimos de su equipo, pero los problemas en las filas azulgranas no se solventaban. Dos acciones de Kalinic, a falta de pocos minutos para terminar, daban una última oportunidad al Barça (73-76).
Cuando parecía que la suerte sonreía a los culers, tras dos triples de Laprovittola, Satoransky cometía su quinta falta. Daba tres tiros libres a Howard y este encestaba los tres (80-81).
Laprovittola tenía dos últimos para que la victoria se quedara en casa y tan solo encestaba uno. Empezaba la prórroga (81-81).
Grimau apostaba por Jokubaitis, Laprovittola, Kalinic, Jabari y Willy para los minutos de añadido. Ambos equipos subían la intensidad y dependían de los tiros libres para ganar. Una de las pesadillas del Barça, cuyo porcentaje en el encuentro acabó siendo del 57%.
En un marcador igualado en los 90 puntos, Joel Parra tomaba el rebote de la victoria y lo anotaba. Una canasta celebrada eufóricamente por un jugador que no para de darnos sorpresas muy positivas.