Bochornosa actuación de los locales en el segundo partido de la serie. Los blaugrana no
mostraron la intención de competir ni un minuto en todo el segundo tiempo, ante un gran
Unicaja que se dio un paseo a Barcelona en uno de los partidos más importantes de la
temporada. El Barça se jugará el pase a semifinales en un tercer partido a Málaga.
El inicio del partido fue dinámico. Las jugadas rápidas predominaron junto los tiros
precipitados de 3, con altos porcentajes de ambos equipos. Jabari Parker ponía el primer
triple en el marcador, seguido por dos de Kendrick Perry - hábil y talentoso base del
Unicaja. Siguió uno de Kevin Punter justo para que el partido se calmase luego, con casi
cuatro minutos trepidantes disputados de primer cuarto. Los tres minutos que le siguieron
fueron más estáticos, con equilibrio en el marcador, hasta que salió otra vez el
montenegrino Perry para poner velocidad al partido. Un triple desde larga distancia hacía
poner a los suyos por delante en el marcador. A esto, el base provocó una recuperación en
defensa en la jugada siguiente que culminó con una fácil entrada en el contraataque. Los
visitantes se distanciaron cuatro puntos.
Los últimos tres minutos fueron una odisea para el Barça. Poco acertados tanto en ataque
como en defensa - mejoró ligeramente con la entrada en parqué de Brizuela - sufrieron las
ofensivas de los Malagueños, que aprovecharon las debilidades de los locales para sumar
puntos y coger distancia en el luminoso. De la mano del francés Tillie, los del sur
consiguieron ponerse a nueve puntos de distancia al sonar la bocina tras un final de cuarto
desastroso de los locales. (17-26)
El segundo cuarto empezó mejor en el bando culer. Parra enchufaba su primer triple - muy
complicado - al que le siguió un buen tiro de Brizuela, aunque contrarrestó el visitante
Djedovic con un triple que hacía respirar a los visitantes. Punter metía otro de tres en la
siguiente jugada que animó los de Peñarroya, pero volvía el vendaval de los andaluces para
sumar un parcial de 0-7. El Barça no conseguía acercarse al empate. Y no lo consiguió en
este cuarto. Cada mínima ventaja que conseguían los blaugrana era rápidamente
arrebatada por un Unicaja más eficaz y con más recursos tácticos que los culers. Ibon
Navarro tiene un equipo muy trabajado. Tras cinco minutos de toma y daca, el segundo
cuarto veía su ocaso. Y con él los jugadores del Barça que, desesperados - desde Fall
pegando puñetazos al suelo hasta Peñarroya quejándose, con razón, a los árbitros - no
consiguieron recortar las distancias. El Unicaja de Málaga se iba al descanso nueve arriba
(35-44).
Y el partido siguió la misma tónica. El Unicaja optimizó sus posesiones con recursos
técnicos y tácticos de buena pizarra, y los locales, como pollo sin cabeza, tiraron sin
sentido - pero sin tener ningún otro recurso - todo lo que les llegaba desde el perímetro, con
muy poco acierto. Al minuto cinco de cuarto, Peñarroya tuvo que pedir un tiempo muerto,
acompañado con silbidos de gran parte del público. Lo que se veía en pista empezaba a ser
bochornoso, con los visitantes 14 arriba.
Reforzados después del tiempo muerto, los locales consiguieron un parcial de 6-0 en minuto
y medio. A 8 puntos de distancia, el equipo arbitral encadenó dos malas decisiones que
lastraron el ritmo de los culers y encendieron el Palau - una técnica no pitada a Carter por
encararse con Satoransky seguida de una técnica dudosa pitada al mismo Satoransky por
unas protestas corrientes. Después de esto, el juego del Barça fue un absoluto desastre.
Exceso de individualidades en ataque - 1v1 y desde el perímetro - y una pasividad en
defensa digna de sentir lástima frente el mecanismo imparable en ataque del Málaga. La
lamentable actuación de los locales se cerró con un triplazo del estadounidense Carter, que
clavó su mirada al público del Palau con una expresión de clara superioridad, seguramente
pensando que no sabía que esto era tan fácil. El Unicaja se fue al último cuarto de partido
con 17 puntos de ventaja. (48-65)
Y ya no mejoró el juego de los culers en el último tiempo. De las actuaciones más
bochornosas que se han visto en el Palau esta temporada. Un equipo sin armonía, sin
cabeza. Cabe preguntarse dónde está la entrega que demostraron los jugadores en el
primer partido de la serie. Y también dónde están los recursos tácticos para superar a
equipos de alto nivel. Hasta Peñarroya perdió los papeles en una disputa con Ejim, que se
salvó azarosamente de la técnica. Una imagen lamentable para culminar la tarde. Los
jugadores actuaron con total pasividad, sin mostrar un atisbo de resistencia para parar la
paliza de los de Ibon Navarro, que estaban de paseo. Vergonzosa actuación del Barça para
jugarse el pase a semis en Málaga. (59-81)