El Barça llegaba a Estambul con dos misiones claras. Recuperarse de la derrota en casa ante Breogán (85-88) y poder asegurar el factor campo en cuartos. Ninguna de las dos se solventaba.
Los culers protagonizaron una primera parte insuficiente que sentenció el encuentro. No pudieron adelantarse en el marcador en ningún momento, y no por falta de intentos. Pese a recuperarse en el tercer cuarto, una antideportiva de Kalinic bastó para desconcertar al equipo y sentenciar un duelo muy valioso.
Pero no todo está perdido. Y la faena no está terminada.
El Barça tendrá la oportunidad de volver a Barcelona con un 1-1 y asegurar el factor campo mañana ante PAO. Se necesitará una versión del equipo totalmente distinta para plantar cara a los de Ataman. Que no pondrán las cosas fáciles.
La semana terminará el domingo en un derbi liguero ante el Joventut. El regreso de Joel Parra y también de Ricky Rubio al Olímpic.
Los jugadores de Roger Grimau salen desconcentrados
En un Ulker Sports Arena que no paraba de rugir, el Barcelona no encontraba la manera de abrir el marcador. Era Satoransky quien lo hacía con un solo tiro libre. En el otro aro, los turcos superaban una buena defensa culer y tomaban el mando del partido (9-4).
Ricky entraba a pista para intentar mejorar la repartición del juego, pero no era suficiente. Los de Jasikevicius anotaban todo lo que tiraban y los de Grimau estaban secos en el ataque (23-11). Empezaban a estar necesitados de intensidad y actitud.
El Barça no reacciona
Nada mejoraba en el segundo cuarto. Los turcos seguían haciendo lo que querían. Los culers protagonizaban ataques estáticos y la defensa estaba desaparecida.
Biberovic anotaba dos triples consecutivos sin oposición azulgrana y la distancia que debían recortar los de Grimau era cada vez mayor (40-15). Ante una sequía en el aro culer, Brizuela irrumpía en el panorama con dos triples seguidos. Terminaba una primera parte insuficiente y el Barça contaban con 30 minutos para reaccionar (46-25).
Recuperando sensaciones
Llegaban las primeras dudas en el conjunto de Saras tras una gran salida del Barça en el tercer cuarto. Darío lideraba a los suyos y aportaba la energía que le faltaba al conjunto. Con un parcial de 9-19, los culers volvían a entrar en el partido.
También aparecía el mago Nicolás Laprovittola desde el triple. El argentino, sin freno, daba por terminado un tercer cuarto para recordar con un resultado de 62-57. A falta de 10 minutos, los culers habían renacido y estaba todo por decidir.
El Fenerbahce manda en casa
El Barça encaraba el final del partido con una actuación irregular. Una falta antideportiva de Kalinic, un punto de inflexión que cambió el duelo por completo. Cuando estaban tan solo a una canasta de entablar el resultado.
Los turcos se aprovecharon de la situación y volvieron a mandar desde el exterior. Pese a los intentos del Barça de arrimarse, los locales habían sentenciado el partido a pocos minutos de terminarlo. Y no perdonaban ni un solo punto.
Los azulgrana siguieron intentándolo, pero el acierto, ganas e intensidad de su contrincante era mayor. Terminaba el último cuarto con un resultado de 88-74 y con un Barça que había frenado por completo.