Los azulgrana cayeron anoche en la final de la Copa del Rey, un Clásico ante el Real Madrid. El Barça protagonizó una primera parte muy enérgica, pero no fueron capaces de mantenerlo hasta el final. Los errores defensivos y en el rebote de la segunda parte decantaron la victoria hacia los de Chus Mateo.
Sin embargo, pese a la derrota, el trabajo del conjunto en el torneo dejó buenas sensaciones. Dos victorias contundentes y una final que no supieron zanjar.
Empieza la final de la Copa
El partido en el Carpena empezó con un ritmo frenético en la pista y en las gradas. Roger Grimau escogía un quinteto muy físico formado por Satoransky, Kalinic, Jabari, Da Silva y Vesely para dar comienzo a la final. Y era Jabari quien estrenaba el marcador.
El Madrid tomaba el mando del partido rápidamente de la mano de Musa (11-4). Pese a las pérdidas en repetidas ocasiones, Laprovittola cerraba el primer cuarto con un resultado entablado (19-19).
Jokubaitis mantenía el nivel que ya demostró en cuartos y en la semifinal y, con un triple, lograba un pequeño parcial (19-24). Pasaban los minutos y el partido seguía regido por la igualdad en el marcador. Satoransky también daba un paso adelante en lo que estaba siendo un duelo digno de final de Copa (28-31).
Cuando parecía que Poirier decantaba el resultado de la primera parte hacia los suyos, aparecía Kalinic desde el triple (43-45). Los equipos se iban al descanso con todo por decidir.
Despuntaba Vesely en el tercer cuarto, aportando intensidad y aguantando el resultado (53-56). Se convertía también en el máximo anotador culer, con 10 puntos. Las cosas se complicaban para los de Chus Mateo, pues Tavares cometía su tercera falta personal.
El Barcelona tenía la oportunidad de volver a retomar el control del partido, pero aparecía su pesadilla: los fallos en los tiros libres. Los jugadores no los aprovechaban (69-52). Se podían apreciar los nervios de ambos equipos y subía la temperatura en el Carpena (66-63).
Pequeños errores de los culers permitían al Madrid empezar a coger ventaja (74-68). Y, pese a intentos de Vesely de zanjarla, el Madrid seguía alejándose. Las complicaciones no cesaban, pues el mismo Vesely era expulsado por su quinta falta (81-75).
Grimau paraba el partido, pero nada cambiaba. Decisiones arbitrales cuestionables y un Barcelona que no pudo igualar la intensidad de su rival daban por terminada la final. A favor del Real Madrid (96-85).
Los culers responden a las decisiones arbitrales
Roger Grimau mostró su descontento ante las decisiones. En la rueda de prensa posterior al partido, el técnico dejó claro que no se había perdido por los árbitros. Pero comentó que el criterio usado no es el mismo.
Nicolás Laprovittola también dio su opinión. Opinó que el equipo empezó el último cuarto impreciso, pero que no se marchaba conforme con las decisiones tomadas durante todo el partido. Recalcó que no suele comentar estas cosas, pero que la selección arbitral no fue buena.