El mes de marzo será crucial para tomar una decisión definitiva sobre el patrocinador técnico de la camiseta para la temporada 2024-25 del FC Barcelona.
El club debe decidir si continuará con el contrato existente con Nike hasta 2026, con la opción de prorrogarlo por dos años más. Según el acuerdo firmado en mayo de 2016, el club puede notificar a la multinacional estadounidense su decisión de no renovar con dos años previos.
En este sentido, el Barça está dentro de los plazos establecidos. Aun así la junta directiva hay un profundo descontento con Nike. Expresado por el presidente Laporta en una entrevista en RAC1 el pasado 9 de febrero.
Existe un sector importante que aboga por romper de manera inmediata la alianza que comenzó en 1998. Las discrepancias entre el club y Nike vienen de lejos, y la junta entrante heredó en 2021 tres demandas presentadas por la administración anterior de Josep Maria Bartomeu.
Considerando la oferta económica superior de Puma, se está considerando en el Barça la posibilidad de romper con Nike y que otro fabricante como Hummel se encargue de producir las equipaciones. Esto seria durante un año, dejando visible la marca propia del club. Incluyendo viajes de empleados a Asia para evaluar los costos de fabricación y la viabilidad de vender las prendas con un margen de beneficio amplio.
Hay voces en la junta que abogan por estudiar detenidamente las consecuencias de una ruptura con Nike. También como la conveniencia de mantener los ingresos garantizados, otros consideran que optar por Puma a corto plazo podría ser beneficioso.
Romper con Nike
Prescindir de Nike ahora y fabricar una camiseta propia durante un año dejaría al club sin el ingreso fijo que proporciona un patrocinador. Esto representaría un desafío adicional, especialmente considerando la necesidad de aumentar los ingresos para cumplir con las regulaciones financieras de LaLiga. Y así evitar comenzar con un déficit importante mientras se espera revertir la situación con la venta de ropa de marca propia.
La decisión de romper con Nike en este momento conlleva el riesgo adicional de tener que enfrentar posibles litigios legales y provisionar fondos para ello. En caso de litigio, sería un juez quien determinaría la cantidad de lucro cesante, es decir, las ganancias que Nike perdería debido a la rescisión anticipada del contrato. Por esta razón, la multinacional con sede en Oregon se mantiene inflexible en su postura.