La llegada de Marcus Rashford al FC Barcelona ya ha provocado el primer gran movimiento en la plantilla. El atacante inglés aterriza en el Camp Nou cedido con opción de compra, avalado por Hansi Flick. Su incorporación ha acelerado la salida de un futbolista que, pese a pertenecer al club, no entraba en los planes del técnico alemán.
El internacional inglés aporta polivalencia y experiencia, pero también supone un gasto salarial que exige reajustes. Con una plantilla amplia y la necesidad de cumplir con el fair play financiero. La dirección deportiva ha optado por desprenderse de un jugador que regresaba tras una cesión y que no tenía hueco en la rotación.
Un regreso sin opciones reales de quedarse
Oriol Romeu volvió este verano al Barça después de pasar la temporada anterior cedido en el Girona. Su cesión se planteó como una oportunidad para recuperar protagonismo y minutos, pero Flick ya había decidido que no formaría parte de sus planes para este curso.
En el centro del campo, la competencia es máxima: Frenkie de Jong, Gündogan, Pedri, Gavi, Sergi Roberto y el joven Marc Casadó son las apuestas prioritarias para Flick. En este contexto, Romeu habría quedado relegado a un papel residual, muy lejos de los minutos necesarios para justificar su continuidad.
La situación se resolvió rápidamente con la llegada de Rashford, ya que liberar la ficha del mediocentro catalán permitía al club inscribir al inglés de forma inmediata.

Acuerdo cerrado con el Valencia
El Valencia llevaba semanas sondeando el mercado en busca de un mediocentro con experiencia en LaLiga y buen posicionamiento táctico. La oportunidad surgió con Romeu, y en pocos días cerraron un acuerdo que ronda los cinco millones de euros.
El contrato firmado es por dos temporadas más una opcional, con un salario adaptado al presupuesto del club de Mestalla. Desde la dirección deportiva culé, la operación se valora como un movimiento necesario: se libera masa salarial, se obtiene un pequeño ingreso y se facilita la inscripción de Marcus Rashford.
En Mestalla, confían en que Romeu aporte equilibrio, jerarquía y capacidad defensiva en la medular. Su experiencia en equipos de distintos estilos tácticos lo convierte en un refuerzo fiable para afrontar la temporada.

El efecto Rashford, primer capítulo de un verano movido
La salida de Oriol Romeu es el primer efecto colateral de la llegada de Marcus Rashford, pero en el Barça no descartan más operaciones de este tipo en las próximas semanas. Flick quiere una plantilla ajustada y competitiva, sin futbolistas que acumulen frustración por la falta de minutos.
La afición culé asume que el mercado de fichajes traerá decisiones difíciles, pero el objetivo es claro: reforzar el equipo sin comprometer la estabilidad económica. Con Rashford ya inscrito, el club gana margen para seguir trabajando en incorporaciones estratégicas.
Oriol Romeu, que volvió a la entidad azulgrana en 2023 tras su paso por el Girona, se despide de nuevo del Barça para iniciar una nueva etapa en el Valencia. Donde buscará continuidad y protagonismo.