El fichaje de Marcus Rashford por el FC Barcelona ya está cerrado y ha provocado un efecto inmediato en la plantilla. Aunque todavía no se ha realizado la presentación oficial, el delantero inglés será jugador azulgrana esta temporada. Y su llegada ya ha activado las primeras salidas internas en el equipo de Hansi Flick.
Desde que se confirmó el acuerdo con el Manchester United, el cuerpo técnico y la dirección deportiva analizaron cómo afectaría al equilibrio del ataque. El perfil de Rashford encaja con lo que se buscaba: velocidad, gol, polivalencia y experiencia internacional. Pero para que entre uno, tiene que salir otro.
Y el primer damnificado ya tiene nombre y apellidos. Se trata de un futbolista que estaba llamado a tener protagonismo en la pretemporada. Pero con la irrupción de Rashford, ha quedado completamente fuera del mapa.
Competencia feroz en ataque
Hansi Flick no quiere una plantilla sobrecargada en la zona ofensiva. Con Lewandowski, Ferran Torres, Lamine Yamal, Raphinha y Roony Bardghji ya en dinámica de primer equipo, el espacio es limitado. La llegada de Rashford no hace más que elevar el listón.
El club ha decidido actuar con rapidez y comunicar al jugador afectado que no contará con minutos. No se le espera ni como suplente habitual, ni como revulsivo puntual. Su presencia se considera innecesaria para el nuevo proyecto.
El mensaje ha sido claro: no va a jugar, y lo mejor es buscar una salida inmediata. Ya hay negociaciones en curso para cerrar su traspaso. El jugador ha aceptado la situación con profesionalidad, pero no oculta su decepción.
Una salida necesaria
El club pretende ingresar cerca de 10 millones de euros con su venta. Una cifra que consideran razonable dadas sus condiciones y su proyección aún por explotar. Hay interés de varios equipos de LaLiga, y Deco trabaja ya en cerrar el acuerdo.
La salida, además, alivia masa salarial y permite al club mantener margen para otras operaciones si fuera necesario. No se trata de una decisión personal ni técnica, sino de una cuestión de lógica deportiva. No todos pueden tener sitio, y alguien tenía que salir.
El entorno del futbolista ya ha activado los contactos para encontrar un destino donde pueda tener minutos. A sus 23 años, necesita protagonismo y continuidad para relanzar su carrera. Y en el Barça actual, eso no es posible.
El último en llegar lo empuja fuera
Rashford, que llega cedido con opción de compra, ha sido una apuesta directa del entrenador. Su perfil gusta y se considera ideal para complementar a Lewandowski en el centro del ataque. Incluso se valora utilizarlo en banda izquierda en ciertos escenarios tácticos.
Esto ha terminado por cerrar cualquier puerta a futbolistas que estaban luchando por hacerse un hueco. El vestuario lo ha entendido como un movimiento de alto nivel que exige reducir la nómina de atacantes. Y uno de ellos ha quedado automáticamente fuera del plan.
No ha habido discusión, ni opción a pelear por el puesto. La decisión estaba tomada desde que se cerró el fichaje. El nuevo Barça no tiene sitio para él.
Muchos pensaron que tendría minutos este verano y que la pretemporada podría ser su oportunidad definitiva. Venía de brillar en el filial y de ser una apuesta personal del club en su día. Pero su adaptación al primer equipo no ha sido la esperada.
El fichaje de Rashford ha sido la puntilla definitiva. Y su ciclo en el Camp Nou terminará antes de poder empezar de verdad. El jugador que se marcha del Barça tras la llegada del inglés… es Pau Víctor.