El FC Barcelona busca recuperar su esencia de juego combinativo y creativo en la medular, y Hansi Flick parece estar encontrando las piezas que encajan en esa idea. Pedri, uno de los líderes del equipo, empieza a vislumbrar un socio que podría acompañarle en la creación y aportar frescura al centro del campo.
Durante esta pretemporada, el técnico alemán ha probado distintas variantes en la medular, y ha sorprendido la aparición de un joven futbolista con un perfil que despierta ilusión entre los culés. Su manera de interpretar el juego y su visión recuerdan a una etapa dorada del Barça, cuando la magia de Andrés Iniesta marcaba diferencias.
La joya que ilusiona en el Barça
Ese nuevo socio tiene nombre y apellido: Pedro Fernández Sarmiento, conocido como “Dro”. A sus 17 años, el mediapunta gallego ha irrumpido en la pretemporada azulgrana dejando grandes sensaciones. Su historia es la de un chico formado en la Escuela Val Miñor antes de llegar a La Masía, que ahora empieza a hacerse un hueco entre los grandes jugadores.
Quienes le han visto crecer destacan que no es simplemente un “Pedri 2.0”. Su fútbol recuerda más a Andrés Iniesta por su elegancia, inteligencia táctica y capacidad para encontrar espacios entre líneas. Javi Roxo, uno de sus formadores, lo resume: “Hay quien lo compara con Pedri, pero yo le veo más cosas de Iniesta”.
Esos pequeños detalles técnicos y de lectura del juego han llamado la atención tanto del cuerpo técnico como de la afición.
Un futuro prometedor
Dro llega al primer equipo como el segundo jugador más joven de los que Flick convocó para la pretemporada. Su participación ha sido una de las notas más ilusionantes, mostrando paciencia con el balón, movilidad y calidad para generar ocasiones. Su estilo encaja en un Barça que quiere recuperar la creatividad en el centro del campo.
Si sigue evolucionando con humildad y esfuerzo, Pedro Fernández puede convertirse en una pieza importante a medio plazo. Jugar al lado de Pedri no solo le permitirá aprender de un referente inmediato. Sino también ofrecer al equipo una sociedad que, si funciona, puede devolver al Barça la magia que tanto anhela su afición.