Cuando se pone en duda la calidad de tu trabajo puedes hacer dos cosas; venirte abajo y rendirte o apretar los dientes y dar el 200%. De Raphinha habíamos visto más sombras que luces en las dos temporadas que lleva vistiendo la camiseta azulgrana. Y eso no era buena noticia para un jugador que había costado cerca de 60 millones de euros en plena crisis económica culé. De él se esperaba que fuera un futbolista diferencial en el plano ofensivo, y si bien es cierto que su rendimiento no había sido malo, era evidente que, por el momento, no estaba cumpliendo las expectativas generadas con su fichaje.
A pesar de no haber rendido a un gran nivel, las ofertas por el futbolista brasileño han llegado a Can Barça cada verano. Desde la Premier League, donde el ex del Leeds mantiene intacto su buen cartel, y desde el emergente fútbol saudita, han intentado tentar a Raphinha con interesantes propuestas tanto a nivel deportivo como económico. Una buena parte de la afición hubiera visto con buenos ojos el traspaso del extremo nacido en Porto Alegre, con la intención de recuperar la inversión realizada y de ir en busca de un jugador más desequilibrante, pero la postura del internacional con la verdeamarela fue rotunda en todo momento; su deseo era quedarse para triunfar en el FC Barcelona.
Jamás se ha puesto en duda el compromiso de Raphinha, sí su rendimiento. El futbolista siempre ha estado comprometido con la causa, pero alejado de la brillantez que se esperaba de su fútbol. No obstante, el comienzo de la temporada 2024/25 ha marcado un antes y un después en su aventura como azulgrana. Coincidiendo con su nombramiento como cuarto capitán del primer equipo, el jugador brasileño ha eclosionado de manera brutal, para convertirse en una pieza fundamental en el Barça de Flick del que todo el mundo habla. El brazalete parece haberle sentado de maravilla a un renovado Raphael Dias Belloli.
Alejado de su posición natural
Resulta curioso, pero la mejor versión de Raphinha ha llegado cuando más alejado está de su demarcación natural en el campo. La posición de extremo derecho tiene dueño en este Barça y parece que para rato. Y es que con el rendimiento mostrado por un estelar Lamine Yamal nadie en su sano juicio se atrevería a moverlo de ahí, lo cual ha obligado a Hansi Flick a reubicar al brasileño en otra parcela del verde.
Lo cierto es que tanto en el extremo izquierdo como actuando de mediapunta Raphinha ha rendido a la perfección. Se ha adaptado a ambas posiciones con pasmosa facilidad, lo cual ha facilitado mucho las cosas para un entrenador que tiene fe ciega en el juego del ex del Leeds Utd. Su buen golpeo de balón está haciendo el resto, siendo habitualmente el encargado de botar las faltas laterales y los saques de esquina que fuerza el equipo.
Versatilidad para un equipo mermado por las lesiones
El hecho de que Raphinha puede desenvolverse en diferentes posiciones le viene de perlas a un Barça mermado en cuanto a número de efectivos. Las lesiones no parece que vayan a darle una tregua a Flick, que ve como la enfermería culé crece tras cada partido disputado. Y para más inri, el calendario tampoco está dispuesto a ayudar.
En ese aspecto, el futbolista brasileño puede ayudar a suplir las bajas de Fermín y de Dani Olmo en el interior, actuando en el enganche como ya hiciera ante Valencia, Athletic Club y Rayo Vallecano. Está consiguiendo que la afición se olvide de Nico Williams, mostrando también un gran rendimiento en la posición en la que todo el mundo deseaba ver al futbolista navarro. Y llegado el día en que Flick quiera dar descanso a un Lamine Yamal en estado de gracia, Raphinha será quien ocupe su lugar para volver a su deseado costado derecho.
Raphinha más goleador que Mbappé
Al aterrizar en Barcelona nadie esperaba que Raphinha fuera un goleador nato. Y no lo fue. Para marcar goles se había fichado a Robert Lewandowski, de modo que la responsabilidad anotadora no recaía sobre el jugador brasileño, que firmó unos discretos números cara a puerta en sus dos primeros cursos como azulgrana. Este factor también parece haber dado un giro de 180º en este inicio de temporada.
Con tan solo seis jornadas disputadas el internacional carioca ha anotado cinco dianas, estando ahora mismo a un solo gol de igualar su cifra goleadora en liga del año pasado. Y a dos de la cosechada hace dos campañas. Situándose ahora mismo como el segundo clasificado en el trofeo Pichichi, solo por detrás de un renacido Lewy. Con peores registros encontramos nombres como los de Julián Álvarez o Alexander Sørloth, llamados a ser dos referentes goleadores de LaLiga, y a Killian Mbappe, este último con cuatro dianas, tres de las cuales llegaron desde el punto de penalti.
El famoso poema de Walt Whitman sirve para darle título a este artículo. Quizás porque la puesta en escena de Raphinha en estas primeras seis jornadas de campeonato le ha valido la ovación y el respeto de los suyos, una afición que no ha podido evitar ponerse en pie para saludar orgullosa a su nuevo capitán.