La noche mágica de Champions en Montjuïc dejó algo más que un resultado aplastante. El Barça destrozó al Borussia Dortmund por 4-0 en la ida de los cuartos de final y encarriló su pase a semifinales con una autoridad que recordó a sus mejores tiempos. Pero entre los muchos titulares de la noche, uno pasó más desapercibido… y ha resultado ser clave para el futuro del club.
El equipo de Hansi Flick firmó una actuación brillante, con Raphinha, Lamine Yamal, Pedri y Lewandowski brillando en ataque. Pero quien más disfrutó de la noche fue Joan Laporta. El presidente, eufórico por el resultado y el ambiente, aprovechó el momento para acercarse a uno de los protagonistas del equipo rival.

Una decisión tomada sobre el césped
Desde hace semanas, Flick viene insistiendo en reforzar el ataque con un jugador versátil, veloz y con desborde. Aunque la plantilla cuenta con piezas importantes, el técnico alemán considera que falta una chispa extra en la segunda línea ofensiva. Alguien que sume goles, pero también rompa defensas.
El partido ante el Dortmund fue la prueba definitiva. En el cuerpo técnico del Barça ya manejaban informes muy positivos sobre un jugador del conjunto alemán. Y su actuación, a pesar del resultado adverso para su equipo, confirmó todo lo que se intuía: talento, potencia y carácter.
Laporta, tras el pitido final, bajó al túnel de vestuarios y tuvo una conversación clave. Deco ya había iniciado los contactos previos, pero fue esa charla la que terminó de desbloquear la operación. El futbolista, emocionado por el ambiente vivido en el estadio y convencido por el proyecto de Flick, dijo sí al Barça.

Un golpe estratégico… y económico
La operación no solo es deportiva, también responde a una lógica de mercado. El club alemán no atraviesa su mejor momento económico y, si no logra meterse en la próxima Champions, tendrá que vender. Y ahí es donde el Barça ha aprovechado la oportunidad.
El jugador en cuestión tiene contrato en vigor, pero su precio de salida no superaría los 50 millones de euros. Una cifra elevada, pero razonable para un futbolista en plena proyección, con experiencia internacional y capacidad para marcar diferencias desde ya.
El entorno del jugador ve con muy buenos ojos el cambio de aires. Saben que en Barcelona tendría más visibilidad, más minutos y la posibilidad de competir por títulos cada temporada. Y, sobre todo, contaría con la confianza absoluta de Flick, quien ha sido clave para convencerle.

El elegido por Flick: velocidad, gol y personalidad
El técnico alemán no ha querido improvisar. Este no es un fichaje mediático ni una apuesta al azar. Se trata de un jugador al que conoce bien, con quien ya trabajó en la selección alemana, y al que considera ideal para completar el tridente ofensivo del Barça.
El elegido no es otro que Karim Adeyemi, delantero del Borussia Dortmund. A sus 23 años, es uno de los extremos más desequilibrantes del fútbol europeo. Su velocidad, su regate en corto y su capacidad para jugar por ambas bandas —e incluso de ‘9’— lo convierten en el complemento perfecto para Lamine y Raphinha.
Flick ya lo visualiza en su sistema. El jugador también está encantado con la idea. Y Laporta, tras su jugada maestra en Montjuïc, ha dado el paso definitivo para cerrar el que puede ser el fichaje del verano en Europa.