La planificación deportiva del FC Barcelona sigue avanzando de cara al próximo mercado de fichajes, con especial atención en el frente ofensivo. Uno de los objetivos prioritarios de la dirección deportiva es incorporar un extremo que pueda marcar diferencias en el uno contra uno y aportar desequilibrio desde los costados. Algo que Hansi Flick considera esencial para recuperar la identidad ofensiva del equipo culé.
Con nombres como Luis Díaz, Marcus Rashford o Rafael Leao en la órbita del club, el reto es claro. Deco quiere fichar a un atacante de garantías sin poner en riesgo el estado financiero de la institución. Y ahí es donde el portugués ha comenzado a mover fichas con una mirada más estratégica, buscando opciones menos mediáticas, pero con alto potencial de crecimiento a corto y largo plazo.
Un perfil que ilusiona en silencio
En este escenario, aparece con fuerza en la agenda del Barça el nombre de Eliesse Ben Seghir, extremo zurdo del AS Mónaco. El joven jugador de apenas 20 años ha sido seguido de cerca por los ojeadores culés desde hace varios meses y ha completado una temporada destacada en la Ligue 1. De hecho, su nombre se ha posicionado como una alternativa real en caso no fructifiquen las operaciones más costosas del verano.
Capaz de jugar en ambas bandas y con talento para generar peligro en espacios reducidos Ben Seghir no solo ha brillado con estadísticas, sino también con personalidad en partidos clave. En el Barça valoran especialmente su proyección, su perfil compatible con el estilo del club catalán y su coste relativamente accesible, que ronda los 30 millones de euros.
Talento emergente
Más allá de sus cualidades futbolísticas, hay un detalle que ha despertado simpatía en los despachos de la Ciutat Esportiva: su afinidad por el club. En una entrevista reciente, Ben Seghir confesó haber crecido viendo al Barça y sentir admiración por figuras como Neymar. Esa conexión emocional podría pesar en su decisión si finalmente llega una oferta desde Barcelona.
Además, su actuación en el último Trofeu Joan Gamper, donde el Mónaco sorprendió al conjunto culé en Montjuïc, dejó huella. Ben Seghir fue de lo mejor del equipo visitante, mostrando atrevimiento y calidad ante un estadio lleno, y ganándose la atención del cuerpo técnico blaugrana. Fue un escaparate perfecto para confirmar que tiene nivel de élite y que va a por más.