La dirección deportiva del FC Barcelona trabaja a toda velocidad para cerrar nuevas incorporaciones este verano. Con Hansi Flick ya instalado como nuevo técnico, se han acelerado las conversaciones para reforzar varias posiciones clave. Una de ellas, el ataque, podría recibir a un jugador de renombre internacional.
El problema no es su calidad, ni su experiencia. Es, simplemente, que no todos en el club ven clara su llegada. Ni en los despachos, ni en el vestuario.
Hansi Flick | @FCBarcelona
Un perfil ideal sobre el papel
El futbolista en cuestión encaja con lo que busca Deco para esta nueva etapa. Es rápido, tiene gol, es polivalente y conoce la élite europea. Puede jugar en banda o por dentro, algo muy valorado por el nuevo cuerpo técnico.
Además, tiene carácter competitivo, sabe asumir responsabilidades y no le pesa el escenario. Sobre el papel, se trata de un fichaje lógico. Pero en la práctica, hay más dudas que certezas.
Deco | @deco_official
El precio es uno de los grandes obstáculos. El club vendedor ha fijado una cifra cercana a los 85 millones de euros. Para las actuales condiciones económicas del Barça, es una cantidad difícil de digerir.
Y en un entorno donde cada decisión deportiva debe pasar por múltiples filtros, la cifra ha generado preocupación. No solo en la directiva, también en la plantilla. Algunos pesos pesados del vestuario ya han manifestado su desacuerdo.
Los jugadores no lo ven prioritario
Varias voces importantes dentro del primer equipo consideran que ese dinero debería usarse en otras posiciones. El lateral izquierdo, la portería y el relevo para Lewandowski siguen sin solución clara. Por eso, no entienden que se apueste todo por un extremo.
Tampoco lo ven como una mejora evidente respecto a lo que ya hay. Con Lamine Yamal consolidado y Raphinha en un gran momento, su encaje es discutido. En resumen, no se percibe como un salto cualitativo.
Raphinha | @FCBarcelona
A pesar del ruido interno, Deco defiende la operación. Cree que se trata de un jugador maduro, capaz de competir al más alto nivel. Su experiencia en la Premier y torneos internacionales es un plus.
El director deportivo está convencido de que aportaría equilibrio, liderazgo y verticalidad. Lo ve como el complemento perfecto para Lamine y una alternativa real cuando Lewandowski no esté.
Lamine Yamal en un partido con el Barça | @FCBarcelona
Hansi Flick, sin urgencia
Flick no ha vetado el fichaje, pero tampoco lo ha exigido. Entiende el perfil del jugador y valora su versatilidad, pero prioriza otras necesidades. De momento, se mantiene al margen del debate.
La dirección técnica sabe que el alemán quiere refuerzos defensivos y un guardameta. Un extremo solo tiene sentido si antes se resuelven otras carencias. Y ahí es donde la operación pierde fuerza.
Flick | @FCBarcelona
El impacto financiero del fichaje también preocupa. Aunque Laporta busca ingresos y reducción de masa salarial, no hay garantías inmediatas. Un gasto de 85 millones implica riesgo.
Más aún si el jugador no rinde al nivel esperado. En el pasado, fichajes millonarios sin impacto han dejado cicatrices. Nadie quiere repetir errores como los de Coutinho o Dembélé.
Hay alternativas más jóvenes en el radar
Otros nombres han sido considerados con mejor proyección y margen de revalorización. Nico Williams y Rafael Leao son dos de ellos. Ambos más jóvenes, y con un perfil más ilusionante para parte del vestuario.
Mientras, la posible llegada del extremo en cuestión se mantiene en pausa. Su agente ha ofrecido facilidades, pero sin consenso interno, el acuerdo no avanza. Todo dependerá de las próximas reuniones entre Deco, Flick y Laporta.
El futbolista que genera tantas dudas es Luis Díaz. El colombiano del Liverpool es el gran deseo de Deco, pero no del vestuario. Su llegada, si se produce, será una apuesta personal del director deportivo.
Hoy por hoy, esa apuesta no cuenta con unanimidad. Y en el Barça, cuando hay división interna, lo habitual es que el freno llegue antes que el anuncio.