Leo Messi vuelve a ocupar el centro del mercado estival, como tantas otras veces a lo largo de su carrera. A sus 38 años y con contrato hasta diciembre, su futuro vuelve a estar envuelto en misterio. La eliminación de su actual club ha acelerado las conversaciones con varios pretendientes.
Aunque se había instalado la idea de continuidad, los últimos movimientos lo colocan más cerca de una decisión radical. Las especulaciones sobre Europa, Arabia o incluso una última aventura en Argentina no dejan de crecer. Sin embargo, una sola oferta ha conseguido ponerlo a pensar seriamente.
Porque esta vez no se trata solo de fútbol, ni siquiera solo de dinero. La propuesta que tiene sobre la mesa es completamente distinta a cualquier otra. Es un proyecto que va mucho más allá de lo deportivo y que le garantiza un futuro estructural.
Un contrato sin precedentes en el fútbol mundial
Según ha podido saber este medio, el entorno de Messi ha recibido un contrato de dos años con opción a un tercero. El salario neto superaría los 78 millones de euros anuales, con bonus por títulos, partidos y rendimiento individual. A eso se añade una prima de renovación de 20 millones y beneficios por derechos de imagen.
Pero el verdadero bombazo no está en el sueldo, sino en el papel que le ofrecen más allá del césped. El club pretende vincularlo a su estructura ejecutiva con una participación accionarial parcial garantizada. En otras palabras: Messi no solo sería jugador, también sería parte del club a todos los niveles.
En total, el contrato podría suponer más de 250 millones de euros brutos en tres años, entre salario, bonus y acciones. Una oferta que ningún otro club ha podido siquiera plantear, ni en Europa ni en Oriente Medio. Ni siquiera Arabia ha llegado tan lejos en su último intento.

El Barça, completamente fuera de la puja
En el FC Barcelona observan la situación con nostalgia y resignación. Joan Laporta soñaba con tenerlo en la reinauguración del nuevo Camp Nou. Pero entre las restricciones del fair play y el nuevo proyecto deportivo, el regreso de Messi no es una opción viable.
Flick ha sido claro desde su llegada: quiere un equipo joven, físico y competitivo durante 90 minutos. Por mucho que Messi siga siendo diferencial, no encaja ya en los planes del nuevo Barça. Y en cuanto al salario, el club ni se ha planteado competir.
Además, en los despachos culés todavía resuena la frase clave: “el Barça no puede vivir del pasado”. Por eso, más allá del homenaje que se prepara, no habrá oferta deportiva. Solo queda aplaudir desde la distancia si finalmente acepta este nuevo reto.

El City también lo quería
Por otra parte, el Manchester City también mostró un fuerte interés en hacerse con los servicios de Lionel Messi. La excelente relación entre el astro argentino y Pep Guardiola, alimentó las esperanzas del club inglés de concretar un fichaje histórico.
El entrenador catalán le ofrecía a Messi la posibilidad de terminar su carrera en la élite del fútbol europeo. Compitiendo al máximo nivel y rodeado de un equipo con grandes aspiraciones tanto en la Premier League como en la Champions League.
Sin embargo, a pesar de los acercamientos y las buenas intenciones por ambas partes, la operación no llegó a concretarse. Ya fuera por decisiones personales, circunstancias contractuales o estrategias deportivas, finalmente el destino de Messi tomó otro rumbo. Dejando a los aficionados del City con la ilusión de lo que pudo haber sido.

Una decisión que va más allá del fútbol
A nivel familiar, Messi vive su momento más sereno en años. Tiene estabilidad, privacidad, rutina con sus hijos y lejos del ruido mediático europeo. Esa paz pesa tanto como el dinero en cualquier decisión que pueda tomar.
De cara al Mundial 2026, que se celebrará en Norteamérica, esta oferta tiene además un valor añadido. Le garantiza continuidad deportiva, visibilidad mediática y un calendario ideal para llegar en plena forma al torneo. Un camino perfecto hacia su última gran cita internacional.
Su entorno, de hecho, ya ve esta opción como la más probable. Salvo giro radical de los acontecimientos, todo está encaminado a una firma inminente. Lo único que falta es ajustar los últimos flecos fiscales y contractuales.
Efectivamente, la oferta histórica que ha recibido Leo Messi es del Inter de Miami, que no está dispuesto a perder a su gran estrella. Tras revolucionar la MLS desde su llegada, el club le ofrece ahora un contrato vitalicio simbólico, que lo ligaría para siempre al proyecto.
El objetivo es que Messi sea mucho más que un jugador: quieren que se convierta en símbolo institucional. Un emblema, un socio, un embajador global y, algún día, tal vez incluso entrenador o directivo. La respuesta definitiva está cerca… y todo apunta a que dirá que sí.