El encuentro entre el Barcelona y la UD Las Palmas se vio envuelto en polémica desde los primeros compases del juego. Apenas a los 20 minutos, una decisión arbitral dejó perplejos a jugadores, aficionados y expertos. El colegiado Mateo Busquets Ferrer, con la asistencia del VAR, optó por anular un gol a Raphinha por fuera de juego.
Un gol legal que debería haber subido al marcador
La jugada en cuestión es una trama de matices en la que la interpretación de las reglas del juego entra en juego. Raphinha, delantero del Barcelona, inició la acción en posición antireglamentaria. Sin embargo, conforme la jugada avanzó, el brasileño logró posicionarse correctamente.
El balón llegó a sus pies tras un forcejeo entre Lewandowski y el defensor de la UD Las Palmas, Coco. Raphinha, en posición legal, aprovechó la oportunidad para batir al portero rival. Por tanto, el gol debería haber subido en el luminoso.
La incertidumbre se apoderó del estadio mientras el árbitro y el VAR deliberaban sobre el destino del gol. Finalmente, la decisión se inclinó hacia la anulación, evitando que el Barcelona se adelantara en el marcador. Esta acción no pasó desapercibida para los espectadores, y las críticas y cuestionamientos comenzaron a surgir.
Mateu Lahoz opina sobre lo ocurrido: "Es un bochorno"
El ex-árbitro español, Mateu Lahoz, ha calificado de "bochorno" la decisión arbitral de anular un gol a Raphinha por fuera de juego. Ha argumentado que el jugador no ejercía influencia en la jugada.
Además, Lahoz cuestiona el criterio arbitral y sugiere que nunca debería ser castigado ni amonestado, ya que su posición no afectaba al desarrollo de la jugada.
La falta de transparencia en las explicaciones arbitrales también ha sido motivo de preocupación. En el caso del gol anulado, Sergi Roberto reveló que el árbitro le indicó que le explicaría la decisión cuando tuviera tiempo, sugiriendo que era difícil de explicar. Esta falta de claridad solo alimenta la especulación y la desconfianza en la integridad del arbitraje.
El malestar en el mundo del fútbol crece ante la falta de transparencia y la percepción de parcialidad en las decisiones arbitrales. Esto que plantea serias dudas sobre la integridad del juego.