El Barcelona consigue una nueva goleada ante uno de los rivales más peligrosos de Europa y que tantos malos momentos había dejado años atrás. La idea de juego de presionar arriba y jugar con la línea defensiva tan alta ha calado hondo entre los jugadores culés. Sufrieron con el empate, pero supieron reaccionar y conseguir una nueva victoria que les deja con seis puntos.
Una primera parte abrumadora
Barça y Bayern nos iban a regalar unos primeros 45 minutos que, aunque no brillo lo táctico, sí lo emocionante. El primer zarpazo lo dieron los culés, Raphinha se plantaba solo ante Neuer y no perdonaba. Solo había pasado un minuto de partido y ya se habían adelantado, no obstante, Kane iba a igualar la contienda tras una gran jugada colectiva.
De hecho, ya había marcado uno, pero se lo anularon por fuera de juego.
Con el empate en el marcador, los azulgranas recuperaron el control del partido, con un Lewandowski perfecto en los apoyos y descargas. Esto lo iba a culminar con gol, asistencia de Fermín que aprovecha un error de Kim Min Jae para regalársela al polaco. Esto no iba a terminar ahí, ya que una transición rapidísima iba a terminar con Raphinha marcando el 3-1.
Acababa así una primera parte llena con muchísimos detalles de calidad y precisión, una oda al fútbol. Kane fue el mejor de los bávaros, participando en la base de la jugada y lanzando tanto a Olise como a Gnabry. Por el lado local, Lamine dejó regatear por doquier (caños, recortes, slalons..)
La confirmación de Flick
Poco tiempo necesitó el Barça para terminar de sentenciar el encuentro, otra vez el capitán Raphinha con un hat trick maravilloso. Cambio de juego de Casadó, el brasileño recorta a Upamecano y se la pone imposible a Neuer. Noveno gol para el '11' culé en lo que va de año, a tan solo uno de mejorar su mejor marca personal.
A partir de ahí poco pasaría en el partido, el Barça controlaba el balón mientras que el Bayern se desdibujó y los cambios no le ayudaron. Casadó incansable, robando balones sin parar y Pedri dejando varios controles exquisitos. Esta victoria disipa las dudas sobre los partidos en Europa ante grandes rivales, en especial ante un Bayern que había sido su bestia negra.
La celebración tras el pitido final demuestra que este partido era mucho más que un duelo de Champions. Tras varios años de goleadas bávaras, los culés consiguen ganar de manera contundente.