El Real Madrid afronta una nueva temporada con la ilusión disparada tras un mercado estival que ha sacudido Europa. Florentino Pérez volvió a demostrar músculo financiero con la llegada de Franco Mastantuono, el argentino que muchos consideran el heredero de Messi. Además, reforzó la zaga con Dean Huijsen y sorprendió al mundo cerrando a Trent Alexander-Arnold para apuntalar el lateral derecho.
En el papel, la plantilla merengue parece más completa que nunca, con refuerzos de enorme nivel en cada línea. Mastantuono aterrizó con apenas 18 años y con la etiqueta de joya mundial, un fichaje de futuro y presente. Mientras tanto, Alexander-Arnold llega para elevar el nivel de una defensa que necesitaba aire fresco en la banda.
Pese a todos estos movimientos, Xabi Alonso reconoce que aún existen carencias que deben resolverse para alcanzar la excelencia. El entrenador donostiarra considera que la plantilla carece de un mediapunta capaz de marcar diferencias de forma constante. La dirección deportiva comparte ese diagnóstico y ya trabaja en identificar al perfil perfecto para cubrir esa laguna.
Un equipo con piezas por encajar
El Real Madrid mantiene una base sólida, pero no todos los engranajes parecen funcionar como deberían en este inicio. La versatilidad de Mastantuono le permite adaptarse a varios roles, aunque todavía no es un líder en la mediapunta. Por su parte, Vinícius y Rodrygo brillan en banda, pero no logran aportar el control y la pausa que necesita el juego interior.
Xabi Alonso ha insistido en varias charlas privadas que requiere de un jugador capaz de asociarse en corto. Un futbolista que pueda filtrar pases, romper líneas con visión y sostener al equipo en los momentos de máxima exigencia. El modelo de juego blanco necesita una pieza que enlace la medular con el ataque.
La directiva, consciente de esa necesidad, maneja varias alternativas en el mercado europeo. Sin embargo, los grandes talentos en esa posición no abundan y los pocos disponibles tienen precios astronómicos. Esa escasez obliga a mover ficha con rapidez si no se quiere llegar tarde a la carrera por un mediapunta de primer nivel.
Una carencia cada vez más evidente
El problema se ha notado al comienzo de LaLiga, donde el Real Madrid no logra imponerse en el centro del campo. Mastantuono ofrece destellos de calidad, pero todavía le falta experiencia para cargar con tanto peso competitivo. La falta de un organizador ofensivo dejó al equipo sin soluciones ante un rival que supo cerrar espacios interiores.
En La Liga, el escenario ha sido similar en las dos primeras jornadas. Los de Xabi Alonso dominaron en la posesión, pero no encontraron claridad en los últimos metros. El técnico vasco ya ha trasladado a Florentino la urgencia de incorporar un perfil que aporte esa creatividad perdida.
Mientras tanto, la prensa inglesa asegura que algunos equipos de la Premier también observan la situación con interés. Chelsea y Manchester United estarían atentos a cualquier movimiento, conscientes de que el Real Madrid busca mediapunta. Sin embargo, el club blanco cuenta con ventaja gracias a la insistencia personal de su entrenador.
El gran deseo de Xabi Alonso
Fuentes cercanas al vestuario señalan que el míster ya ha mantenido conversaciones con la directiva sobre el jugador deseado. Se trata de un futbolista formado en La Masia, con experiencia internacional y que ya ha demostrado su talento en Bundesliga. Un perfil joven, polivalente y con la personalidad suficiente para vestir de blanco y marcar diferencias en Europa.
Los informes técnicos coinciden en que sería una incorporación estratégica tanto para el presente como para el futuro. Su capacidad de desequilibrar, su versatilidad para adaptarse a varias posiciones y su madurez competitiva lo convierten en un objetivo prioritario. El propio Xabi Alonso, consciente de la presión que supone dirigir al Real Madrid, lo ha transmitido con claridad: “Te necesitamos”.
El nombre ya no es un secreto: Xavi Simons, canterano del Barça y actual estrella del Leipzig, es el fichaje soñado por el Madrid. Su llegada supondría un golpe simbólico para el eterno rival, además de cubrir la gran carencia del proyecto blanco. Florentino y Xabi saben que la operación es compleja, pero están dispuestos a todo para vestirlo de blanco.
