El FC Barcelona no se detiene y ya trabaja en nuevas operaciones que podrían cambiar el rumbo del proyecto. Tras un inicio de temporada lleno de dudas, la dirección deportiva ha comenzado a valorar movimientos inesperados en el mercado. El más sorprendente de todos apunta a un intercambio histórico con el Paris Saint-Germain.
En los despachos del Camp Nou existe la sensación de que la plantilla sigue sin estar totalmente equilibrada. La apuesta por Marcus Rashford todavía no ha dado los resultados esperados y su adaptación genera preocupación. Mientras tanto, Lamine Yamal y Pedri cargan con demasiada responsabilidad en la creación ofensiva.
El cuerpo técnico considera que no se puede sostener una temporada entera únicamente con el talento de los más jóvenes. Flick insiste en que el equipo necesita más variantes para no volverse previsible en los partidos grandes. La directiva comparte la idea y ya ha abierto conversaciones para reforzar la banda izquierda con urgencia.

Rashford no despega y enciende las alarmas en el vestuario
El inglés, que llegó con la vitola de estrella, no ha logrado integrarse en la dinámica culé. Su falta de chispa en el regate, unida a la irregularidad en el área rival, preocupan a Flick. En el vestuario ya se comenta que, de momento, Rashford no está marcando las diferencias que se esperaban.
El empate agónico contra el Levante fue una muestra más de estas dificultades. El equipo reaccionó tarde y lo hizo sin la participación decisiva del atacante inglés. Flick tuvo que recurrir nuevamente a Lamine Yamal, lo que aumenta el desgaste de un futbolista todavía muy joven.
La falta de un extremo izquierdo de garantías se ha convertido en un problema estructural. El Barça buscaba soluciones internas, pero ninguna ha terminado de convencer. Con el mercado todavía abierto a posibles sorpresas, la directiva ha comenzado a explorar fórmulas creativas.

Casadó en el centro del debate
Uno de los nombres que ha surgido en este contexto es el de Marc Casadó. El canterano, de gran valor en La Masia, es visto como una pieza atractiva en Europa. Su polivalencia y compromiso lo convierten en un activo apetecible para varios equipos.
Sin embargo, la competencia feroz en el centro del campo complica su protagonismo en la temporada actual. Flick cuenta con Frenkie de Jong, Pedri, Gavi, Fermín y Marc Bernal, además de Dani Olmo. Con tanto talento acumulado, Casadó podría quedarse relegado a un papel secundario en los grandes partidos.
La directiva, consciente de ello, considera que incluirle en una operación estratégica puede ser una solución inteligente. Aunque su salida generaría debate interno, también permitiría reforzar una posición donde el Barça está más necesitado.

El PSG entra en escena con fuerza
Desde Francia, el Paris Saint-Germain ha mostrado interés en incorporar a Casadó como parte de su renovación de plantilla. El club parisino busca perfiles jóvenes y competitivos que aseguren proyección inmediata y futuro a largo plazo. En este escenario, el Barça ha visto una oportunidad para cubrir su mayor carencia actual.
El PSG, sabedor de las dificultades del Barça en la banda izquierda, ha puesto sobre la mesa una propuesta sorprendente. El intercambio supondría reforzar a los dos clubes en las posiciones que más necesitan. Para Laporta y Deco, el movimiento es atractivo porque no implicaría un gran desembolso económico.
La operación todavía está en fase preliminar, pero las conversaciones avanzan con cierto optimismo. El propio Flick ha dado luz verde a seguir estudiando la viabilidad del intercambio. El alemán quiere un jugador desequilibrante por fuera y considera que el perfil propuesto encaja en su plan de juego.
Durante semanas se barajaron varias opciones, pero finalmente parece que la negociación tiene un nombre concreto. En París entienden que su jugador no ha terminado de explotar como se esperaba en el Parque de los Príncipes. Mientras tanto, el Barça lo considera un refuerzo inmediato para complementar a Lamine Yamal y dar descanso a Raphinha.
El intercambio histórico ya está sobre la mesa y solo faltan los detalles económicos para cerrarlo. Si nada se tuerce, Marc Casadó podría hacer las maletas rumbo a París en una operación inédita. Y a cambio, el Barça recibiría a Bradley Barcola, el extremo francés que llegaría para revolucionar el ataque culé.