Eric García ha vivido meses de incertidumbre en el FC Barcelona. Durante el último mercado de invierno, su futuro parecía estar lejos del Camp Nou debido a las limitaciones salariales del club y a la competencia en la defensa. Incluso se contempló seriamente la posibilidad de una cesión para que pudiera tener continuidad.
Sin embargo, la temporada le ofreció una oportunidad inesperada: la lesión de Jules Koundé abrió la puerta para que Eric demostrara su valor. Con discreción, pero con mucha eficacia, se convirtió en una pieza confiable para el cuerpo técnico, mostrando versatilidad y madurez en momentos clave. Ese rendimiento ha cambiado por completo la percepción sobre su papel en la plantilla.
Una apuesta de futuro
El Barça ha decidido premiar la evolución de Eric con una renovación que se hará oficial en los próximos días. El nuevo contrato lo vinculará al club hasta 2030, un salto importante respecto al acuerdo actual que finalizaba en 2026. Esta extensión refleja la confianza de la directiva y del cuerpo técnico en su desarrollo como jugador fundamental dentro del proyecto de Hansi Flick.
Su capacidad para adaptarse a diferentes posiciones ha sido determinante. En el último curso, Eric García jugó como central, lateral derecho e incluso mediocentro defensivo, siempre con buen rendimiento. Para Flick, su lectura de juego y disciplina táctica son cualidades que suman en una plantilla que aspira a ser competitiva en todos los frentes.
"Voy a jugar en el Barça"
Según su entorno, el propio Eric ha dejado claro su compromiso con el proyecto azulgrana. Esta frase resume su convicción de que puede ser un pilar silencioso, sin necesidad de grandes titulares, pero con regularidad y constancia en el campo. A sus 24 años, el defensa catalán busca consolidarse en un equipo que combina juventud y experiencia en su línea defensiva.
Para el club, mantener a un jugador formado en La Masia con este perfil profesional es clave. No solo asegura rendimiento inmediato, sino también estabilidad a medio y largo plazo. La renovación de Eric García marca un antes y un después en su etapa en el Barça, demostrando que se puede revertir cualquier situación adversa.