El FC Barcelona continúa trabajando en la confección de la plantilla para la próxima temporada. Con Hansi Flick al mando, el club azulgrana ha definido ya qué jugadores forman parte del proyecto y cuáles deben buscar un nuevo destino. Entre los señalados, hay futbolistas que no cuentan con un rol claro y cuya salida permitiría liberar espacio y masa salarial.
En este proceso, la dirección deportiva que encabezan Joan Laporta y Deco ha intentado encontrar acomodo a varios de estos jugadores en diferentes ligas. Sin embargo, no todos han despertado interés inmediato, lo que complica las gestiones y retrasa la resolución de operaciones que el club esperaba cerrar antes del inicio de la temporada oficial.
El Celta de Vigo entra en la puja
Uno de los casos que más atención concentra es el de Oriol Romeu, centrocampista que no entra en los planes de Flick. El jugador, que se entrena al margen del grupo mientras se define su futuro, ha sido ofrecido a varios clubes de La Liga y del extranjero sin éxito. Incluso su regreso al Girona, donde jugó cedido la pasada campaña, quedó descartado después de que el técnico Míchel Sánchez no aprobara la operación.
En las últimas semanas, el Celta de Vigo ha emergido como opción real para el futbolista. El conjunto gallego, que disputará la próxima Europa League, valora su experiencia y cree que podría aportar en las rotaciones. El técnico Claudio Giráldez ha dado su visto bueno, siempre que la operación se realice en términos que favorezcan al club.
Condiciones claves para el acuerdo
La postura del Celta es clara: solo aceptarán la incorporación si se produce a coste cero, con el jugador libre para firmar. Esta exigencia permitiría al club gallego reforzarse sin comprometer su presupuesto de fichajes, destinando los recursos a otras áreas de la plantilla.
En el Barça, la idea es facilitar su salida, pero aún no se ha decidido si aceptar la rescisión gratuita del contrato o buscar una compensación económica mínima. Romeu llegó al Camp Nou por cinco millones de euros, y su marcha sin ingresos supondría una pérdida económica. Las próximas semanas serán decisivas para saber si ambas partes logran un acuerdo que deje satisfechos a todos.