Un jugador de fútbol con el escudo del FC Barcelona de fondo sobre un fondo rosa.

Se quiere ir ya del Barça, pero lo necesitan, Raphinha interviene: 'No te vas a ir'

El capitán del Barça hace fuerza junto al resto del vestuario para que se cierre una operación importante

El primer equipo del FC Barcelona atraviesa un momento clave en la planificación del futuro inmediato de la plantilla. Con un mercado de verano que promete ser muy movido, la estabilidad dentro del vestuario se ha convertido en un activo fundamental. El grupo, a pesar de las dificultades, ha demostrado madurez y unión, cualidades que se han reforzado bajo el liderazgo de los más veteranos y la energía de los jóvenes. 

En ese contexto, los jugadores han entendido que mantener ciertos pilares dentro del equipo, aunque no sean titulares indiscutibles, puede marcar la diferencia. El vestuario no solo piensa en fichajes y salidas, sino también actúa como una familia unida cuando siente que un compañero merece quedarse. Y eso es exactamente lo que está ocurriendo con un jugador cuya continuidad todavía no está asegurada. 

Presión interna, quieren que siga

La plantilla culé ha levantado la voz para pedirle a Wojciech Szczesny que continúe una temporada más en el Barça. El guardameta polaco, que llegó para cubrir la baja de Ter Stegen, ha encajado perfectamente tanto en el campo como en el vestuario azulgrana. Su presencia ha sido tan positiva que jugadores importantes como Raphinha, Gavi, Robert Lewandowski y Lamine Yamal le han expresado directamente su deseo de seguir contando con él.

Todos coinciden en que su actitud profesional, su experiencia y su cercanía han sumado mucho dentro del día a día del grupo.  Szczesny no ha reclamado protagonismo, pero cuando ha sido llamado, ha respondido. Y eso, junto a su papel como apoyo para los más jóvenes, ha generado un respeto que ahora se traduce en un respaldo colectivo.

Un perfil que encaja en el club

Desde su llegada, el polaco ha demostrado saber adaptarse a su rol: sin exigencias, ha aceptado su papel secundario sin perder competitividad ni compromiso. Por ende, desde la dirección deportiva no cierran la puerta a su renovación. A pesar de que su contrato está cerca de finalizar, y de que su rol sería nuevamente secundario, se valora su perfil como el de un segundo portero.

Sin embargo, la última palabra la tiene Szczesny. A sus 34 años, sabe que el tiempo en el fútbol de élite es limitado. Y está valorando junto a su familia si desea seguir en un segundo plano o buscar un nuevo reto con más protagonismo.