La renovación de Frenkie de Jong se ha convertido en una de las grandes preocupaciones del FC Barcelona. El club lleva meses intentando sellar un nuevo acuerdo con el mediocentro neerlandés. Pero las conversaciones no han llegado a buen puerto y la directiva empieza a perder la paciencia.
De Jong termina contrato en junio de 2026, por lo que el tiempo juega en contra del Barça. En el seno de la secretaría técnica saben que deben actuar antes de enero. A partir de ese mes, el jugador podría negociar libremente con cualquier otro club europeo.

Deco, director deportivo azulgrana, ha marcado una fecha clave: diciembre de 2025 será el límite para alcanzar un acuerdo. Si no hay renovación para entonces, el club activará otros escenarios pensando ya en el futuro. No se puede esperar indefinidamente mientras se debilita el margen de maniobra.
La situación es delicada porque se trata de uno de los jugadores más valorados del primer equipo. Su salida gratis sería un golpe durísimo.
Un contrato heredado que frena el acuerdo
El Barça ha dejado claro que quiere que De Jong continúe en el Camp Nou más allá de 2026. Es un futbolista con jerarquía, experiencia internacional y un estilo que se adapta perfectamente a la idea de juego. Pero el problema principal está en su salario actual.
El neerlandés firmó su contrato durante la presidencia de Josep Maria Bartomeu. Sus condiciones económicas superan las del resto del vestuario, algo que incomoda a la dirección financiera. Por eso, el club busca una renovación que incluya una rebaja sustancial.

Desde el entorno del futbolista insisten en que su voluntad es seguir en Barcelona. Se siente importante dentro del proyecto de Flick y está feliz en la ciudad. Pero esa predisposición no se ha traducido en pasos firmes hacia un acuerdo.
Y eso ha empezado a generar cierto malestar en las oficinas. Saben que no pueden esperar al último momento sin tener garantías de continuidad.

Flick lo considera intocable en su sistema
Hansi Flick ha sido claro desde su llegada. Considera a De Jong una pieza insustituible dentro del sistema azulgrana. Es el único que ofrece una salida de balón limpia, control del ritmo y equilibrio entre líneas.
El técnico alemán ha pedido en varias ocasiones que el club haga lo posible por retenerlo. Para él, es clave no solo por lo que ofrece en el campo, sino por su madurez competitiva. Es un jugador que da estructura al grupo, incluso en los momentos más delicados.

En las reuniones con Deco, Flick ha dejado clara su postura. No quiere perderlo ni buscarle sustituto a corto plazo. Pero entiende que si no hay renovación, se deben tomar decisiones responsables para el futuro colectivo.
La directiva escucha al entrenador, pero también debe responder a las exigencias económicas del club. No pueden seguir arrastrando contratos desequilibrados.

El reloj corre
En el club son conscientes de que no puede repetirse un caso como el de Dembélé. Dejar marchar gratis a uno de los fichajes más caros de la historia sería un error imperdonable. Por eso, Laporta y Deco ya valoran alternativas si no hay avances antes del mes de diciembre.
A día de hoy, todas las partes mantienen el contacto y no se ha roto ningún puente. Pero la situación ya no es la de hace seis meses. En el Barça hay urgencia por cerrar el tema lo antes posible para no comprometer la planificación.
Si finalmente Frenkie de Jong no firma la renovación, podrá salir libre en junio de 2026. Y según fuentes cercanas al club, todo apunta a que recalaría en el Bayern de Múnich, donde ya lo esperan con los brazos abiertos.