Marc Casadó es uno de los nombres que más suenan en la agenda del Atlético de Madrid. Diego Pablo Simeone lo tiene como prioridad para reforzar el centro del campo. Y ha pedido a la directiva que haga todo lo posible para cerrar su fichaje.
El entrenador argentino considera que necesita un perfil como el suyo: físico, sacrificado y con buena lectura táctica. Cree que encajaría perfectamente en su esquema, que exige intensidad, presión y equilibrio en la medular. Por eso, ha insistido en acelerar los contactos con el Barça.

Casadó, por su parte, no tiene garantizada la titularidad en el primer equipo azulgrana. La competencia en el centro del campo es muy alta. Jugadores como De Jong, Gavi, Fermín y Dani Olmo le cierran muchas puertas.
Pese a ello, su intención sigue siendo quedarse. Se siente valorado por Flick, forma parte del grupo estable y tiene contrato vigente.

Una operación compleja para ambas direcciones deportivas
El Barça no se plantea una salida de Casadó a cualquier precio ni bajo cualquier condición. El cuerpo técnico lo considera una pieza útil, sobre todo por su perfil táctico y su madurez competitiva. Aunque no sea titular, su rol en plantilla está bien definido.
Sin embargo, la situación económica del club puede obligar a escuchar ofertas si son lo bastante convincentes. En el actual contexto financiero, toda venta potencial se analiza con lupa por Laporta y Deco. Casadó tiene mercado y eso genera presión alrededor de su figura.

El Atlético ha intentado rebajar el coste de la operación con una fórmula alternativa. En lugar de pagar íntegramente el traspaso, proponen incluir a un jugador en el acuerdo. El objetivo es abaratar la operación sin renunciar al talento que busca Simeone.
De momento, en Barcelona no están convencidos. Prefieren una venta clara, con cifras económicas definidas y sin intercambios inciertos.

Casadó tiene el respaldo de Flick y del vestuario
El técnico alemán valora el compromiso y la versatilidad de Casadó, que ha actuado en varias posiciones interiores. Su constancia en los entrenamientos y su mentalidad colectiva lo han convertido en un futbolista muy respetado. Además, su perfil de bajo coste y alto rendimiento es ideal para completar la rotación.
El vestuario también lo respalda. Se formó junto a Gavi, con quien mantiene una amistad estrecha desde la etapa juvenil. Su integración en el grupo es total y es uno de los canteranos mejor valorados internamente.

Por estos motivos, la decisión de venderlo no es sencilla. Se trata de un jugador que representa los valores de la cantera. Pero si llega una oferta que permita mejorar las cuentas y reforzar otras posiciones, el club no descarta nada.
La clave estará en quién es el futbolista ofrecido por el Atlético y si encaja en el modelo azulgrana.

Un nombre sobre la mesa que no convence en el Camp Nou
El Atlético ha incluido a un centrocampista como parte de la operación, buscando equilibrar el valor de mercado. Se trata de un jugador con experiencia internacional, pero que no ha rendido al nivel esperado en España. Simeone cree que no encaja en su plantilla y le busca una salida cuanto antes.
El problema es que en el Barça tampoco lo ven como una incorporación útil para su estructura actual. Flick ha sido claro en su análisis: quiere futbolistas con criterio táctico, técnica depurada y continuidad competitiva. Y el perfil ofrecido no encaja con esas exigencias.
El futbolista en cuestión es Conor Gallagher, que llegó al Atlético desde la Premier League hace solo una temporada. Su adaptación no ha sido la esperada y ha perdido protagonismo con el paso de los meses. En Barcelona, su llegada no genera entusiasmo ni desde lo deportivo ni desde lo económico.
Así que, por ahora, Marc Casadó sigue siendo jugador del Barça. Pero si llega una propuesta económica firme… la situación podría cambiar.