El FC Barcelona vive un verano de movimientos intensos no solo en el primer equipo, sino también en sus categorías inferiores. La llegada de Hansi Flick al banquillo ha supuesto un nuevo punto de partida para muchos jugadores, pero también ha provocado que algunos decidan buscar oportunidades lejos del Camp Nou. La dirección deportiva trabaja para mantener a los talentos más prometedores, aunque la competencia interna y el descenso del filial a Segunda RFEF han complicado las renovaciones de varios jóvenes.
En las últimas semanas, el club ha visto cómo canteranos como Eloi Gómez y Pau Prim hacían las maletas rumbo a otros destinos. Otros nombres como Sergi Domínguez y Hugo Alba también cerraban su ciclo en La Masía. Mientras tanto, Deco y Joan Laporta intentan convencer a otras perlas para que continúen, aunque no siempre logran su objetivo.
Rechaza al Barça, pone rumbo a Emiratos
Uno de los casos más llamativos es el de Arnau Pradas. El extremo, considerado una de las joyas de la generación 2006, ha decidido no renovar con el Barça y ya ha firmado con el Al Wahda de Emiratos Árabes Unidos. Después de toda una vida en la cantera culé, ha optado por cerrar su etapa en el club, decepcionado por la falta de oportunidades y la proyección que le ofrecían.
Pradas era uno de los pilares del Juvenil A y había llamado la atención de equipos como Arsenal, Tottenham o Lazio. Sin embargo, priorizó un proyecto que le asegura minutos y un contrato atractivo. Ni las llamadas de Juliano Belletti, técnico del filial, ni las propuestas de Deco lograron hacerle cambiar de opinión.
Su decisión se explica en parte por la competencia en su posición, con jugadores como Lamine Yamal. Además del fichaje de Ronny Bardghji, que reducen aún más sus posibilidades de dar el salto al primer equipo.
Un perfil que se pierde en La Masía
Con un estilo de juego vertical y desequilibrante, Arnau Pradas fue comparado en su momento con Neymar por su habilidad para superar rivales y su capacidad de definición. Llegó a La Masía siendo un niño procedente del Gimnàstic de Manresa y compartió vestuario con talentos como Héctor Fort, Marc Guiu y Pau Cubarsí. Su progresión había despertado grandes expectativas en el club catalán, que confiaba en que fuese un referente del Barça Atlètic en su lucha por regresar a Primera RFEF.
El joven futbolista, sin embargo, sentía que no contaba con la confianza de Flick, quien no lo incluyó en ninguna convocatoria durante la pretemporada. Esto, sumado a la presión de otros clubes interesados, terminó por inclinar la balanza hacia su salida. Aunque su marcha es a coste cero, el Barça se guarda una opción preferencial en caso de que regrese a Europa en el futuro.