El FC Barcelona lleva meses trabajando para reforzar su plantilla. La prioridad de Deco y Laporta era clara: encontrar un extremo que pudiera competir en igualdad con Lamine Yamal y Raphinha. El objetivo no era solo tener recambios, sino un jugador de primer nivel que elevara el nivel colectivo.
Hansi Flick, por su parte, había aprobado este perfil desde el primer momento. Consideraba esencial contar con un tercer extremo desequilibrante, capaz de mantener la intensidad ofensiva en cada partido. Especialmente en un calendario repleto de partidos como el que afrontará el Barça la próxima temporada.

Un fichaje consensuado por todos... pero que no llegará
La dirección deportiva del Barça se había puesto manos a la obra. El elegido gustaba en el cuerpo técnico, en los despachos y sobre todo en el vestuario. Su llegada iba a generar competencia sana y, además, reforzaba un vínculo muy estrecho con los dos extremos actuales del equipo.
Lamine Yamal y Raphinha lo consideran algo más que un compañero. Para ellos, es un amigo dentro y fuera del campo. Ambos soñaban con compartir ataque en el Camp Nou, pero la historia ha terminado de otra manera.

Como ya ha ocurrido en otras operaciones, el Fair Play financiero ha sido el principal obstáculo. El Barça no ha logrado hacer sitio en la masa salarial. Las salidas necesarias no se produjeron, y eso obligó a congelar el fichaje más deseado por el vestuario.
La no salida de Ferran Torres o Ansu Fati cerró la puerta a nuevas incorporaciones. El club se ha visto incapaz de maniobrar. Y mientras tanto, otros equipos sí han podido actuar con mayor rapidez.

Un gigante de la Premier toma la delantera
En silencio, un club de la Premier League ha ido ganando terreno. Las condiciones eran más favorables y el proyecto deportivo convenció al entorno del jugador. El técnico de ese equipo le ha ofrecido minutos, galones y un protagonismo que no podía garantizar el Barça.
El jugador, que estaba dispuesto a esperar, ha optado por dar un paso al frente. No podía permitirse otro verano lleno de incertidumbre. Y esta vez ha dicho que sí.

El club inglés está dispuesto a pagar su cláusula. Tiene músculo financiero y margen salarial. Además, su plantilla necesita justo el perfil que este jugador ofrece.
El acuerdo está muy avanzado y solo faltan algunos detalles. La operación se cerrará en las próximas semanas. Y desde el Barça ya asumen que se les ha escapado un refuerzo estratégico.

El vestuario lo lamenta: se marcha un perfil muy querido
En el vestuario, especialmente Lamine Yamal y Raphinha, la noticia no ha sentado nada bien. Era uno de los suyos. Un jugador con el que soñaban compartir banda, bromas, goles y celebraciones.
Ambos han mantenido una relación cercana con él. Incluso habían hablado con Flick para apoyar su fichaje. Pero el fútbol da muchas vueltas, y esta vez el destino no ha sido Barcelona.

El jugador del que hablamos no es otro que Nico Williams. El extremo del Athletic Club ha decidido aceptar la propuesta del Liverpool, equipo que lo sigue desde hace meses. En Anfield lo consideran el heredero ideal de Luis Díaz, y Klopp ha dado luz verde a su llegada.
Nico se va a la Premier League dejando atrás la opción del Barça. Su conexión con Yamal y Raphinha era real, pero el tiempo ha jugado en contra del conjunto culé. Mientras en Bilbao ya asumen su salida, en el Camp Nou solo queda resignación.