El FC Barcelona vive uno de los momentos más dulces de su temporada. Con la goleada ante el Borussia Dortmund todavía fresca, todo apunta a que el proyecto de Hansi Flick va en la dirección correcta. Sin embargo, hay otra realidad que empieza a encender todas las alarmas: una oferta descomunal ha llegado por Lamine Yamal, la gran joya del club.
Con solo 17 años, Lamine no es una promesa. Es una realidad, una figura determinante en el once azulgrana y posiblemente el jugador más ilusionante del fútbol europeo. Y por eso mismo, los tiburones del mercado han comenzado a moverse, aunque el mayor peligro no viene ni de París ni de Manchester.
El PSG y el City, interesados… pero superados
Que el Paris Saint-Germain y el Manchester City estén tras sus pasos no sorprende a nadie. Ambos clubes han seguido de cerca la evolución del joven talento, conscientes de que su explosión en la élite ya es un hecho. Pep Guardiola lo admira, y el PSG lo ve como sucesor natural de Mbappé.
Sin embargo, las conversaciones con su entorno no han pasado del tanteo. En el Barça siempre han confiado en su continuidad y, de momento, ni Laporta ni Deco se han mostrado abiertos a negociar. Pero algo ha cambiado en las últimas horas.
La propuesta que lo cambia todo
La bomba la suelta un club saudí cuyo nombre no ha trascendido aún, pero que viene con una oferta histórica. Un intento real de sacudir el mercado y llevarse al jugador más prometedor del planeta.
- 500 millones de euros para el Barça.
- 1.500 millones para el jugador en un contrato de cinco años.
Una locura que supera cualquier operación previa en la historia del fútbol, más que la intentona por Vinícius. Más que la firma de Neymar por el PSG. Más que la llegada de Cristiano a Arabia.
En las oficinas del Camp Nou no daban crédito. La propuesta llegó formalmente a través del entorno de Jorge Mendes, representante del futbolista, y el asombro fue total. Nunca un jugador del Barça había sido objeto de una ofensiva económica tan agresiva.
Un contrato 'bajo' y peligroso
Actualmente, el contrato de Lamine Yamal no está a la altura de su rendimiento. Acordado cuando aún no había explotado del todo, su ficha es de las más bajas del primer equipo. La mayoría de sus ingresos dependen de bonus por partidos jugados o por rendimiento.
Esto lo convierte en un objetivo vulnerable. Mientras los grandes de Europa y, ahora también Arabia, le ponen cifras mareantes sobre la mesa, el Barça todavía trabaja en una renovación que no termina de concretarse.
Joan Laporta y Deco saben que el tiempo corre. La cláusula de rescisión es de 1.000 millones de euros, pero en el fútbol actual, si el jugador quiere irse, las cláusulas poco importan. El objetivo ahora es claro: mejorar su contrato, elevar su salario, y convencerle de que el Camp Nou es el lugar ideal para seguir creciendo.
Además, internamente hay una directriz clara: no quieren que Lamine cargue con el peso del 'heredero de Messi'. Por eso, aunque muchos le señalan como el nuevo '10', el club ha decidido dar ese dorsal a Pedri, dejando a Lamine sin una presión innecesaria a tan corta edad.
Comprometido, pero tentado
Lamine Yamal está centrado, en entrevistas, entrenamientos y en el día a día, muestra compromiso absoluto con el Barça. No está en venta, y lo ha repetido. Pero todos en el club saben que, ante ofertas tan astronómicas, el futuro puede volverse imprevisible.
Por ahora, ha rechazado cualquier tentación, cree en el proyecto y en su papel clave dentro del equipo. Sin embargo, los emisarios del dinero seguirán tocando su puerta. Y la gran pregunta es: ¿cuánto más podrá resistir el Barça sin caer en la tentación?