Una de las bombas del verano, en cuanto a fichajes se refiere, ha tardado poco en estallar. Sin haber llegado siquiera a mediados de junio, podemos vaticinar que el traspaso de Joan García al FC Barcelona será uno de los movimientos más interesantes del mercado estival, una operación que todavía no se ha cerrado pero que se da por hecha por todas las partes implicadas. El RCD Espanyol, a pesar del enfado de la afición blanquiazul con el que ha sido su salvador esta temporada por la marcha al eterno rival, ingresará 25 millones de euros con esta venta, la segunda mayor de su historia. El exguardameta perico, consciente de que el proyecto culé es ambicioso y tiene buena pinta, da un salto importante económica y deportivamente hablando en su carrera sin tener que abandonar la Ciudad Condal. Y el Barça, en tiempos en los que no se puede permitir grandes desembolsos para mejorar la plantilla, consigue un refuerzo de lujo bajo palos a un precio más que asequible. Mal que pese en Cornellá - El Prat, todas las partes salen ganando.
Como no podía ser de otra manera, este movimiento ha generado euforia entre la afición barcelonista. Primero porque se asesta un duro golpe al rival ciudadano, ya que en un principio se antojaba complicado que Joan García fuera a cambiar el blanquiazul por el azulgrana teniendo en cuenta lo que ello conlleva. Y segundo, porque el jugador que incorporas tiene un nivel espectacular, ya que todos hemos sido testigos del rendimiento que ha mostrado el portero de Sallent este curso, con paradas inverosímiles más dignas de un videojuego que de la vida real. Por lo tanto, para el aficionado culé, es un fichaje más que ilusionante, viniendo además de una temporada en la que ha quedado la sensación de que, con un portero de primer nivel bajo palos, quizás el triplete hubiera sido una realidad.
Sobre el papel pues, la llegada de Joan García al Camp Nou no puede resultar más alentadora para la afición azulgrana, dando por hecho que desde un primer momento veremos ya un nivel primoroso del guardameta. Y aquí es donde hay que pedirle paciencia a la masa social culé. Joan tiene todas las cualidades necesarias para ser uno de los mejores porteros del planeta, si no lo es ya. Pero llega a un equipo con un planteamiento defensivo completamente opuesto al que está habituado el portero catalán, y eso es algo que habrá que trabajar. En el RCD Espanyol la línea defensiva solía estar muy atrás, mientras que Flick coloca la suya prácticamente en el centro del campo, lo cual obliga a actuar como líbero a quien esté bajo palos, para interceptar los balones que buscan la espalda de la defensa. Además, el planteamiento del Barça también requiere de un cancerbero con una calidad extrema en el juego con los pies, y ahí el de Sallent también tiene trabajo para poder estar a la altura.
Sin duda la llegada de Joan García a Can Barça es una grata noticia para los intereses barcelonistas. El ex portero periquito es una apuesta de presente y futuro y está llamado a ser un guardameta diferencial, algo que, como vemos año tras año, es algo de lo que disponen todos los equipos que consiguen conquistar la Champions. A la afición culé solo hay que pedirle algo de tiempo, que no exija ver desde el minuto 0 al paralotodo que vimos el pasado curso en Cornellà - El Prat. La calidad de Joan salta a la vista y es indudable, tocar dejar que Flick trabaje con él y lo amolde a las necesidades del equipo. Así pues, gran fichaje, pero paciencia con él.