El Barça empató 3-3 ante el Inter de Milán en el Estadi Olímpic. Fue un partido vibrante, con emociones hasta el final. Pero más allá del resultado, hubo otro foco de atención.
Uno de los jugadores más queridos por la afición calentó largo rato en la banda. Parecía preparado para entrar en los últimos minutos. Pero Hansi Flick decidió no darle ni un solo minuto.
Su ausencia generó comentarios en la grada. Algunos incluso interpretaron ese detalle como una despedida silenciosa. En el banquillo, la sensación era de resignación.

Observadores desde Arabia
Representantes del Al-Nassr estuvieron presentes en Montjuïc. Vinieron expresamente para seguir de cerca a este jugador. No era la primera vez que lo hacían.
El club saudí ya intentó ficharlo el pasado verano. Entonces, el jugador rechazó la propuesta sin dudar. Pero la situación ahora es diferente.
Su protagonismo en el equipo ha desaparecido por completo. Flick no lo ve como parte de su proyecto a medio plazo. Y en el club lo saben.
Solo ha jugado 184 minutos en toda la temporada. Lejos quedan los días en los que era titular indiscutible. Ahora ni siquiera entra en las rotaciones habituales.
Su agente, Jorge Mendes, ya ha iniciado conversaciones. Al-Nassr ha puesto sobre la mesa una oferta cercana a los 15 millones de euros. El Barça no pondrá trabas.
El jugador quiere minutos y continuidad. En Barcelona ya no encuentra ni uno ni otro. Y Arabia le ofrece un proyecto distinto.

Cristiano Ronaldo, un incentivo más
Allí lo espera un contrato importante, estabilidad y un nuevo comienzo. Además, tendría la oportunidad de compartir vestuario con Cristiano Ronaldo. Un ídolo que ha marcado su infancia.
El entorno del futbolista confirma que las negociaciones están muy avanzadas. Su salida es cuestión de días, no de semanas. El club busca cerrar la operación antes de final de curso.
La afición recibió la noticia con una mezcla de tristeza y comprensión. Muchos aún lo recuerdan como el heredero natural de Messi. Pero las lesiones y la presión pasaron factura.

Un gesto de Lamine Yamal
Lamine Yamal fue uno de los primeros en enterarse. El joven extremo mostró su apoyo públicamente en el vestuario. Ya antes le había cedido el dorsal número 10.
La escena del miércoles fue significativa. Ambos compartieron charla y risas durante el calentamiento. Parecía una despedida sin palabras.
Montjuïc aplaudió su actitud, incluso sin jugar. La afición no olvida lo que representó. Pero también entiende que es momento de cerrar un ciclo.

El Barça necesita liberar masa salarial y abrir espacio en la plantilla. Y esta salida, aunque dolorosa, puede ser útil para todas las partes. No hay rencores.
Su destino en Arabia Saudí marca un nuevo comienzo. El fútbol da segundas oportunidades. Y él quiere aprovechar la suya.
Sí, el jugador que se marchará en breve es Ansu Fati. El que un día fue el ‘10’, el heredero del trono. Hoy, se va en silencio… pero con una nueva historia por escribir.