El FC Barcelona sigue ajustando su plantilla en este tramo final de mercado, con operaciones que combinan necesidad económica y proyección deportiva. Uno de los movimientos más comentados ha sido la salida de Héctor Fort, pero lo cierto es que no llegará solo a su nuevo destino. El RCD Mallorca ha cerrado un acuerdo sorprendente para reforzar varias posiciones con jóvenes azulgranas.
La reunión entre Deco y los directivos del club balear ha sido clave para dar el impulso definitivo. Según fuentes cercanas a la negociación, la conversación fue fluida y centrada en un mismo objetivo: abrir espacio en la plantilla culé y dar minutos de calidad a jugadores en crecimiento. El acuerdo ha sorprendido en el entorno azulgrana, donde no se esperaba una operación múltiple.
Para el Barça, se trata de una fórmula inteligente de gestión. Ceder talento sin perder derechos es una manera de garantizar que los futbolistas sigan progresando en un entorno competitivo. El Mallorca, recibe a varias piezas de enorme potencial para reforzar una plantilla que aspira a consolidarse en la zona media de LaLiga.
Una estrategia pensada a largo plazo
En el Barça asumen que no todos los jóvenes tienen hueco inmediato en la primera plantilla. Flick ha dejado claro que confía en la cantera, pero también que las oportunidades deben llegar en el momento justo. Para evitar frenar su evolución, la dirección deportiva ha optado por acelerar cesiones estratégicas.
El caso de Héctor Fort era el más evidente, pues el lateral derecho no tiene asegurados minutos con Koundé y Eric García en plena competencia. Sin embargo, el acuerdo con el Mallorca ha ido mucho más allá de un único nombre. La operación se ha transformado en una especie de “paquete” que permitirá al club balear reforzarse con varias piezas.
Desde Son Moix lo celebran como un movimiento histórico. Nunca antes habían logrado incorporar de golpe a varios talentos directamente desde el Camp Nou. Para Javier Aguirre, disponer de esta clase de futbolistas es un lujo inesperado que puede elevar la competitividad del equipo balear.

El técnico también confía en que estas cesiones puedan servir como prueba definitiva para medir el nivel real de cada jugador. Si cumplen, regresarán con un papel más importante en la plantilla del Barça. Y si no alcanzan las expectativas, al menos habrán sumado experiencia que los prepare para otros retos.
Lo cierto es que Flick tiene claro que no quiere plantillas sobrecargadas. Prefiere grupos más reducidos, en los que cada futbolista sienta que tendrá oportunidades. El acuerdo con el Mallorca permite ese equilibrio y alivia también la carga salarial.

Virgili es un centrocampista versátil, con llegada y lectura táctica, mientras que Rodríguez destaca como atacante de enorme velocidad y desequilibrio. En Mallorca confían en que estas incorporaciones no solo aporten calidad inmediata, sino que también eleven el nivel de su cantera y proyecten valor de mercado a medio plazo.
En el Barça, por su parte, se interpreta la operación como un triunfo silencioso. El club mantiene la propiedad de los jugadores, garantiza su desarrollo y obtiene una alianza estratégica con un equipo fiable de LaLiga. Héctor Fort, Jan Virgili y Dani Rodríguez vestirán de rojo esta temporada, pero el futuro sigue pintado de azulgrana.