El inicio de temporada del FC Barcelona ha sido positivo en cuanto a resultados, pero también deja una preocupación importante dentro del vestuario. El foco no está en la defensa ni en la delantera, sino en el centro del campo. La figura de Pedri ha adquirido tanto protagonismo que su ausencia resulta un problema de enormes dimensiones.
El centrocampista tinerfeño se ha consolidado en los últimos años como uno de los mejores del mundo. Su capacidad para controlar los tiempos del juego, filtrar pases imposibles y dar pausa en momentos clave lo convierten en único. Ni Gavi, ni Frenkie de Jong, ni Dani Olmo logran replicar el impacto que ofrece el canario.
Para Hansi Flick, Pedri es absolutamente insustituible. El técnico alemán ha comprobado que cada vez que el mediocampista no está, el Barça pierde fluidez. El equipo deja de tener control en la medular y le cuesta generar ocasiones de calidad, La diferencia entre su presencia o ausencia es evidente para cualquiera que vea los partidos.

El temor de Flick y la plantilla
En el cuerpo técnico reconocen abiertamente la dependencia que existe alrededor de Pedri. Las últimas temporadas, marcadas por sus lesiones musculares, han sido una advertencia clara de lo que ocurre sin él. Flick ya ha pedido al club un plan especial de preparación para evitar que vuelva a caer en la enfermería.
El problema es que, a día de hoy, no existe un recambio natural en la plantilla. Deco buscó en el mercado un futbolista que se acercara a su perfil, pero el fair play financiero lo complicó. El Barça no pudo cerrar ninguna incorporación que se aproximara al nivel del tinerfeño.
Dentro del vestuario también son conscientes de la situación. Algunos jugadores reconocen en privado que todo cambia radicalmente cuando Pedri está sobre el césped. El juego fluye de manera natural, aparecen las conexiones con los extremos y las ocasiones llegan con más facilidad.

Un jugador imprescindible para los jóvenes
El rol de Pedri no se limita a lo futbolístico, también es un líder silencioso para los jóvenes. Su entendimiento con Lamine Yamal y Ferran Torres está siendo determinante en este inicio de temporada. Ambos han encontrado en el canario un socio capaz de potenciar su talento y darles confianza.
Para Flick, esta química es fundamental, ya que permite equilibrar un equipo con extremos muy ofensivos. La pausa y la visión de Pedri compensan el juego vertical de los atacantes, generando un equilibrio clave. Sin él, la plantilla pierde esa brújula que evita caer en la precipitación.
El propio canario ha admitido en varias ocasiones que es consciente de la responsabilidad que tiene. Sabe que de su estado físico dependerán muchas de las opciones del Barça en Liga y Champions. El reto es mantenerse sano y dosificado en un calendario cargado de partidos exigentes.

El reto de encontrar alternativas
La prioridad de Flick es reducir la dependencia hacia Pedri, aunque sabe que no es una tarea sencilla. El entrenador busca repartir responsabilidades para que Gavi, Dani Olmo o incluso Fermín López asuman más peso creativo. No se trata de reemplazar al canario, sino de encontrar fórmulas colectivas que compensen su ausencia.
El Barça también contempla otras soluciones a medio plazo. Marc Bernal y jóvenes de La Masia podrían ser una alternativa progresiva para ir equilibrando cargas. El problema es que ningún canterano tiene todavía el nivel suficiente para asumir ese rol en la élite.
Mientras tanto, la presión recae sobre los hombros de Pedri. Flick no oculta su preocupación, porque sabe que el éxito de la temporada dependerá en gran medida de su estado físico. El diagnóstico en el vestuario es claro: el Barça vive pendiente del canario, y ese es un riesgo que todos reconocen.