En las últimas semanas, la dirección deportiva del Barça ha trabajado con una discreción poco habitual. El objetivo era claro: encontrar un jugador joven, competitivo y con capacidad inmediata para el primer equipo.
Joan Laporta, Deco y Flick han tomado una decisión estratégica, alejada de grandes titulares, pero muy efectiva. El club prioriza ahora inteligencia de mercado sobre nombres mediáticos o inversiones desmedidas.

Flick define el perfil: velocidad, desborde y margen de crecimiento
El técnico alemán lo pidió desde su presentación. El Barça necesita verticalidad por banda y variantes ofensivas. Con Raphinha, Ferran Torres y Lamine hay calidad, pero faltan soluciones dinámicas para partidos atascados.
Flick quiere extremos que generen peligro real, capaces de romper defensas con uno contra uno y velocidad. Y además, que estén listos para competir desde el primer día, no solo en un futuro indefinido.

Durante el análisis, nombres de peso aparecieron en la agenda. Luis Díaz, del Liverpool, era del agrado de Flick. Sin embargo, el conjunto inglés exige más de 80 millones, lo que hizo inviable la operación.
También se evaluó a Nico Williams. Su proyección gusta, pero su cláusula y la firmeza del Athletic complican cualquier intento. En este contexto, el Barça buscó una vía alternativa más eficiente y realista.

Un nombre emergente que convenció a todos tras varios informes
Fue entonces cuando un jugador de LaLiga empezó a destacar en todos los análisis técnicos del club. Un extremo nacional, joven, veloz y con una sorprendente madurez en su toma de decisiones.
Flick no tardó en pedir vídeos completos de sus partidos. Lo que vio superó sus expectativas: regate natural, sacrificio defensivo, valentía ofensiva y carácter. En palabras del cuerpo técnico, "es el tipo de jugador que puede cambiar partidos".

Más allá de su perfil deportivo, la operación destaca por su viabilidad económica. El jugador tiene una cláusula de rescisión cercana a los 35 millones de euros.
En un mercado inflado, esa cifra es considerada una oportunidad que el Barça no podía dejar escapar. Además, el futbolista ha mostrado predisposición total para sumarse al proyecto desde el primer contacto.

Contactos fluidos, acuerdo inminente y deseo compartido
La negociación ha fluido sin obstáculos. El entorno del jugador ve en el Barça el destino ideal para crecer. Ya se han producido varias reuniones con Deco y su equipo.
Flick ha pedido su incorporación inmediata a la pretemporada. Considera que puede adaptarse rápido y disputar minutos oficiales en las primeras jornadas. El fichaje está pactado y solo falta oficializarlo.

El fichaje no solo da profundidad, también añade competencia sana en una posición donde faltaban alternativas. Lamine y Raphinha tendrán ahora un nuevo rival directo por el puesto.
Flick valora eso como un estímulo clave para mantener alto el nivel del vestuario. En Montjuïc, la afición ya empieza a ilusionarse con un nombre que, hasta hace poco, solo sonaba en círculos técnicos.
El secreto mejor guardado ya es una realidad
Ahora sí, se puede confirmar el nombre. El jugador que tanto ha cautivado a Flick es Jesús Rodríguez. Con apenas 19 años, ha sido una de las sensaciones del Betis en esta temporada.
Su capacidad de desborde, explosividad y lectura del juego lo convierten en una de las mejores promesas del fútbol español. Y ahora, será parte de un Barça que mira al futuro con inteligencia.
Flick lo pidió. Deco lo ejecutó. Y el Barça, esta vez, ha fichado pensando en ganar… sin perder el equilibrio.