Dani Olmo cerró su primera campaña como jugador del FC Barcelona dejando la sensación de que, cuando las lesiones le respetan, es un futbolista diferencial.Su visión de juego, capacidad para asociarse y llegada al área lo convirtieron en una pieza muy valiosa para el equipo. Sin embargo, la realidad fue que sus problemas musculares lo alejaron de la regularidad necesaria para afianzarse en la mediapunta.
Ahora, en el arranque del nuevo curso, la situación ha cambiado y el panorama que afronta es más exigente que el de hace un año. La competencia interna se ha intensificado. Con una plantilla más profunda, Olmo sabe que mantener un lugar fijo en el once titular requerirá más constancia, un estado físico impecable y actuaciones que marquen diferencias.
En un Barça donde el papel del mediapunta es clave para conectar el centro del campo con los delanteros, no hay margen para relajarse.
Nueva competencia en la lucha por la mediapunta
La llegada de Marcus Rashford ofrece a Hansi Flick la posibilidad de mover fichas y reorganizar el frente de ataque. En determinados esquemas, el técnico alemán podría desplazar a Raphinha hacia el centro para ocupar la mediapunta, lo que implicaría que Olmo pasara a un rol más secundario. A esto se suma el crecimiento de Fermín, que terminó la pasada temporada en un gran momento y ha convencido al cuerpo técnico.
Pero el nombre que más ha llamado la atención en las últimas semanas es el de Dro, que ha aprovechado la pretemporada para ganarse consideración en la plantilla. Aunque su proyección a largo plazo todavía está por confirmarse, lo mostrado en los amistosos le ha valido la atención de Flick.
El papel estratégico de la mediapunta
En el sistema que Flick ha venido ensayando, la mediapunta se convierte en un punto neurálgico del ataque. Es la posición encargada de romper líneas rivales, filtrar el pase final y generar superioridades cerca del área contraria. En este sentido, Olmo tiene la experiencia y la técnica necesarias para adaptarse a diferentes contextos, algo que lo mantiene como una de las primeras opciones en la pizarra del entrenador.
Sin embargo, su capacidad para mantener esa condición dependerá de que pueda ofrecer un rendimiento constante y libre de interrupciones físicas. En el club ven en Dro un perfil con margen para crecer rápidamente, lo que podría traducirse en minutos a medida que avance la temporada. Para Olmo, eso significa que la competencia no solo se da con compañeros consolidados, sino también con jóvenes que vienen empujando fuerte desde abajo.
La batalla por la mediapunta, por tanto, será uno de los focos más atractivos a seguir en este nuevo curso. Más con el añadido de que cualquier bajón de rendimiento podría alterar el orden jerárquico de forma inmediata.