El Barça ya trabaja en la planificación de la plantilla para la próxima temporada y la gran prioridad para este verano es reforzar la delantera. Aunque el equipo cuenta con Ferran Torres, Robert Lewandowski, Raphinha y Lamine Yamal, el cuerpo técnico considera que falta una pieza más.

El objetivo es aumentar la competencia interna y asegurar que el equipo tenga recursos suficientes para afrontar una temporada larga, con varios frentes abiertos.
Las opciones que más gustan son inviables a día de hoy
En este sentido, hay tres nombres que gustan especialmente en el área deportiva: Luis Díaz, Gyökeres y Alexander Isak. Todos ellos son delanteros consolidados, con experiencia internacional y un perfil que encajaría perfectamente en el estilo del Barça. Sin embargo, fichar a cualquiera de estos jugadores se presenta como una misión casi imposible.

El problema es el precio. Los tres tienen valoraciones de mercado superiores a los 100 millones de euros, cifras completamente fuera del alcance del Barça en estos momentos debido a las restricciones del Fair Play. Aunque deportivamente serían fichajes ideales, la viabilidad de estas operaciones está descartada salvo que se produzcan ventas importantes o se obtengan ingresos extraordinarios.
Nico Williams vuelve a la palestra
Ante este panorama, ha surgido nuevamente el nombre de Nico Williams como posible alternativa. El extremo del Athletic Club parecía haberse desvanecido de la agenda culé hace unas semanas, pero en los últimos días su nombre ha vuelto a sonar con fuerza. Y no es casualidad: Nico tiene una ventaja importante respecto a otros objetivos.
Su perfil encaja con lo que busca el Barça: joven, vertical, con experiencia en La Liga y un rendimiento más que contrastado en el Athletic y en la selección española. Además, su versatilidad le permite jugar tanto por izquierda como por derecha, lo cual amplía las opciones tácticas de Hansi Flick. Pero lo que realmente vuelve a poner a Nico en la lista de candidatos es su situación contractual.
La gran ventaja de Nico
Nico Williams tiene una cláusula de rescisión de solo 60 millones. Esta cifra es mucho más asequible en comparación con los más de 100 millones que se piden por los otros delanteros que interesan. Esto significa que si el Barça decide apostar por él, solo tendría que abonar esa cantidad directamente al Athletic.

En un mercado tan inflado, esta cláusula representa una oportunidad para el Barça. La dirección deportiva lo sabe y valora seriamente la posibilidad de activar esta vía si no se encuentran fórmulas para afrontar otro fichaje. Todo dependerá, eso sí, de la capacidad del club para cuadrar cuentas y liberar margen salarial en las próximas semanas.