Cuando el FC Barcelona confirmó su fichaje, se habló de un talento especial con futuro prometedor. Desde el entorno mediático se vendió como una apuesta valiente por la juventud.
Pero dentro del club, la visión era muy distinta. Xavi Hernández no compartía esa euforia inicial. Desde el primer día consideró que no tenía el nivel necesario para competir.

Xavi prefirió frenar las expectativas desde el inicio
Algunos lo comparaban con perfiles que marcaron época en el Barça. El técnico, sin embargo, pidió calma. Consideraba que necesitaba crecer en muchos aspectos antes de tener protagonismo real.
No solo le faltaba físico para el primer equipo. Su mentalidad y ritmo competitivo también dejaban muchas dudas. Por eso, Xavi optó por no precipitar su evolución.

Las críticas al entrenador no tardaron en llegar. Muchos no comprendían por qué no contaba con un jugador tan prometedor. Se le acusó de frenar el talento joven sin argumentos sólidos.
Pero el tiempo ha demostrado lo contrario. Xavi conocía muy bien el contexto y fue uno de los pocos en anticipar el desenlace. Ahora su postura gana sentido.

Flick fue todavía más tajante desde el principio
Con la llegada de Hansi Flick se abrió la puerta a un nuevo análisis del vestuario. Algunos jugadores olvidados por Xavi vieron una oportunidad. Él, no.
El técnico alemán fue claro desde el primer día. No le incluyó en la pretemporada ni en las primeras convocatorias. Ni siquiera se planteó probarlo.

Flick detectó rápidamente que no encajaba en su sistema. Ni por perfil, ni por intensidad. Decidió que lo mejor era buscarle una salida para que sumara minutos lejos del Camp Nou.
Así llegó su cesión a un equipo de Primera División. El objetivo era ganar experiencia, competir con regularidad y volver más hecho. Nada de eso ocurrió.

La cesión fue decepcionante a todos los niveles
Comenzó con minutos sueltos y algunas titularidades. Pero en pocas semanas desapareció por completo de los planes. Terminó fuera de las listas en los partidos importantes.
Desde el cuerpo técnico del equipo cedido no entendieron su falta de impacto. Tampoco hubo adaptación ni compromiso. Ni siquiera en los entrenamientos logró destacar.
En el club no hay margen para más esperas. No se contempla su regreso a la plantilla. La idea es cerrar su salida cuanto antes, antes de que su valor siga cayendo.
Se estudian varias fórmulas: rescisión pactada, cesión con opción de compra o venta directa. Todo está sobre la mesa mientras se espera alguna oferta razonable.
Joan Laporta y Deco no pondrán obstáculos. Coinciden con el técnico en que no suma al proyecto. El Barça está diseñando una plantilla mucho más competitiva y realista.
Y este perfil ya no encaja. El club necesita liberar espacio y evitar repetir errores de planificación recientes. El primer paso es cerrar este expediente.

Xavi tuvo razón antes que nadie
Con la eliminación de Europa y la Liga ya prácticamente asegurada, el Barça acelera decisiones clave. Flick quiere un equipo reducido y efectivo. Sin jugadores que no estén preparados para competir.
Los partidos restantes serán para evaluar a jóvenes con potencial real. Y también para dejar claro quién no entra en los planes. Este caso es uno de ellos.
El exentrenador culé fue criticado por su falta de confianza en este jugador. Pero hoy su postura es validada por los hechos. Lo protegió porque sabía lo que iba a pasar.

No todos los jóvenes están listos para liderar desde el primer día. Xavi lo sabía. Y Flick ha llegado a la misma conclusión.
El nombre es Pablo Torre. Una apuesta que generó ilusión pero nunca estuvo a la altura de las expectativas. Ni con Xavi ni con Flick logró convencer a nadie.
El Barça ya ha decidido. Pablo Torre saldrá este verano. Su historia en el club se cierra como una promesa que no pudo ser.