Lionel Messi ha vuelto a hablar desde Argentina y sus palabras han provocado un auténtico terremoto en Barcelona. El astro rosarino, siempre prudente con todo lo relacionado al club de su vida, ha revelado detalles desconocidos de su salida. Y lo que más sorprende es la dureza con la que se ha referido a Joan Laporta.
El presidente azulgrana había insistido públicamente en que la marcha de Messi fue un episodio inevitable. Sin embargo, el propio futbolista ha desmentido esa versión, señalando que hubo promesas incumplidas que cambiaron el rumbo de su historia en el Camp Nou. Y todo apunta a que esas heridas siguen abiertas.
Messi con el Barça | FCB
La promesa que nunca se cumplió
Según ha explicado Messi en su entorno más cercano, Laporta le aseguró que era el único intocable. En plena crisis financiera, cuando el club necesitaba aligerar masa salarial, se le trasladó que se haría todo lo posible para retenerlo. Incluso llegó a creer que solo hacía falta firmar el contrato para cerrar su continuidad.
Sin embargo, la realidad fue muy distinta. El Barça no pudo inscribirlo por el límite salarial de LaLiga, pero también porque Laporta cambió de postura. En ese cambio influyó, según Messi, la opinión de Gerard Piqué, que convenció al presidente de que mantener al argentino era insostenible.
La decisión final fue un golpe devastador para el jugador, que nunca imaginó que la promesa del presidente quedaría en nada. Esa traición es lo que todavía pesa en la relación entre ambos.
Messi con el Barça | @FCBarcelona_es
Piqué, el otro protagonista
Messi no ha ocultado que su amistad con Piqué quedó destruida tras aquel episodio. El central, que en ese momento tenía una influencia muy fuerte en los despachos, transmitió a Laporta que renovar a Leo suponía hipotecar el futuro económico del club. Y ese consejo fue clave en la decisión definitiva.
El argentino se sintió traicionado, al considerar que Piqué se movió por intereses personales y no por el bien colectivo. Desde entonces, la relación entre ambos es prácticamente nula. Y lo mismo sucede con Laporta, con quien no ha vuelto a tener un vínculo cercano.
Para el entorno de Messi, el desenlace estaba escrito desde el momento en que el presidente dio marcha atrás. Y esa herida sigue abierta, a pesar de que públicamente siempre se intente suavizar.
Messi en el Barça | @FCBarcelona
Laporta y la puerta cerrada
La afición del Barça soñaba con un regreso de Messi en 2023, cuando abandonó el PSG. Pero el argentino dejó claro que no iba a volver mientras Joan Laporta estuviera en el cargo. Considera que no puede confiar en alguien que ya le falló en el momento más importante de su carrera.
El propio jugador optó por seguir su camino en el Inter de Miami, cerrando definitivamente la etapa azulgrana. Desde entonces, el vínculo entre el argentino y el club se mantiene únicamente a nivel emocional con la afición, pero no con la directiva.
En privado, Messi ha reiterado que su regreso es imposible bajo la presidencia de Laporta. Y aunque los homenajes llegarán en el futuro, no será con él como máximo mandatario.
Leo Messi | @leomessi
Messi ha confesado en Argentina lo que muchos intuían: nunca hubo una verdadera voluntad de mantenerlo. Laporta le prometió que era el único jugador con el que contaban, pero finalmente rompió su palabra. Y Piqué, en segundo plano, convenció al presidente de que su continuidad era imposible.
La conclusión es clara: mientras Laporta siga al mando, Messi no regresará al Barça. Su historia con el club ya está escrita, y cualquier intento de reconciliación quedará bloqueado por una herida que todavía sangra.